viernes, 31 de enero de 2014

CANCIÓN DE CUNA PARA UNA MUJER



Duérmete,
sólo duerme y alúmbrame la noche,
que no gire.
(Acaso un leve, dulce
mecerse con lo nuestro.)
En la pared, el guiño
chinesco de una sombra;
en tus manos, la huella
de un regalo invisible.
Así soñamos,
con palabras que engañan pero abrigan,
cantando disparates en voz baja.
Hay un botón de luna en tu boca pequeña,
en tu espalda tendida enterraré un reloj...

Te oigo respirar
y sé que no estoy muerto.


ANDRÉS NEUMAN 

miércoles, 29 de enero de 2014

Gotán


Esa mujer se parecía a la palabra nunca,
desde la nuca le subía un encanto particular,
una especie de olvido donde guardar los ojos,
esa mujer se me instalaba en el costado izquierdo.

Atención atención yo gritaba atención
pero ella invadía como el amor, como la noche,
las últimas señales que hice para el otoño
se acostaron tranquilas bajo el oleaje de sus manos.

Dentro de mí estallaron ruidos secos,
caían a pedazos la furia, la tristeza,
la señora llovía dulcemente
sobre mis huesos parados en la soledad.

Cuando se fue yo tiritaba como un condenado,
con un cuchillo brusco me maté
voy a pasar toda la muerte tendido con su nombre,
él moverá mi boca por la última vez.



Juan Gelman

lunes, 27 de enero de 2014

Qué fácil este ahora



Después de tanto y cuanto, aquí estamos de nuevo
ahorrando las palabras, sabiéndonos el fondo,
porque el silencio dice de nuestra paz ganada.

Nos tenemos compactos, casi a renglón seguido:
una página escrita con tu nombre y mi nombre,
encuadernada a pulso de sucesos y tiempo.

Qué fácil este ahora, resumen de los días,
y qué nueva tu mano por caricias antiguas
estrenando otra vez la mirada y el beso.

Te me vas y te quedas en aire que respiro,
en ausencia y presencia que nada me entorpece,
como un llevarte dentro aladamente en alto.

Y te me quedas más, como el hilo en la malla
de un pasar que se anuda, de un quedar avanzando,
de un agua inagotable siempre de cara al cielo.

Concha Lagos

sábado, 25 de enero de 2014

LOS EXTRAÑOS QUE CONOCEMOS


Nunca nos conocimos en esta vida
No nos presentaron hasta donde puedo recordar
Pero algo en tus ojos
Tu ímpetu, tu intensidad me dijo
Que nos conocíamos desde hace mucho tiempo.
¿Quién eres, extraño?
¿Por qué te recuerdo
aún hoy que cinco días han pasado?
¿Por qué me sentí tan sola y abandonada
cuando te perdí en la multitud?
Me miraste como si me conocieras
Con el interés de un amigo que no veo años
Con sorpresa y admiración, o
¿Acaso estoy delirando otra vez?
Y sin embargo, ¿cómo puedo sentir tan fuerte
por alguien
a quien nunca conocí
o amé antes?
Debimos habernos conocido,
Debimos habernos tenido alguna vez
en vidas que no podemos recordar.


GammaSi Jee

jueves, 23 de enero de 2014

Cuando


Me encanta cuando,
estando en la cama,
de espaldas,
de pronto, te giras,
me agarras por la espalda,
y con una mano en mi cintura
y otra sujetando mi pecho,
me muerdes en el cuello.
Me encanta cuando,
justo en ese instante,
noto tu aliento,
en mi oreja,
y te creces,
y, cada vez,
me abrazas más fuerte
y yo me giro
y nos besamos.
Me encanta cuando,
por la noche,
nos unimos carnalmente,
como animales salvajes.

Alicia Calero

martes, 21 de enero de 2014

Tu cuerpo


Tu cuerpo se tiende sobre el mío
para que ninguna otra razón exista.

Tu cuerpo consume y rinde sobre mi cuerpo
las manos de artista, la senda de los pájaros.

La noche llega, navego danzando,
riéndome de placer,

abierta al tiempo detenido
bajo el carnaval de tu cuerpo.


Etnairis Rivera

domingo, 19 de enero de 2014

El preferido de la diosa


Pero de todos los pájaros,
de sus nombres y siglos, de sus continentes,
de sus cantos y elementos,
eres tú, el de ahora, el de este instante
irrepetible,
el pájaro en tu cuerpo, en tus ojos,
el pájaro entre tus piernas, en tus pensamientos,
el pájaro de tu boca que despierta sueños y lluvias,
el pájaro aquí donde me encuentro,
el que deseo,
el preferido de la diosa,
la temible seductora que nos enlaza
y nos hace olvidar la muerte,
el preferido.

Etnairis Rivera


viernes, 17 de enero de 2014

Mi sexo títere



Cuando tus pulgares recorren mis pezones
(tus manos cuencas conteniendo)
Cuando tu lengua recorre mis aréolas
buscando leche para su sosiego
Cuando juegas a acosquillarme la piel
con tu índice
hay un chisporroteo de fuegos de artificio
el sonido del mar en una caracola con vello
una tormenta eléctrica destellando en superficie
Es mi sexo títere
al que le jalas de los hilos
reaccionando al impulso de tu magia
Pero ¡ay! ese es sólo el comienzo
la alarma antiaérea en mis ciudades
anunciando que vendrán las explosiones
Luego
femenina suavidad
macho violento
me tomas
como sólo tú lo has hecho
llevando mi corazón como trofeo
mi lencería a tu casa hasta mañana
al tiempo de volver a reencontrarnos
Me tomas
proyectándome hacia el centro
dispersándome a galaxias
tan extremas
que me pierdo y tengo miedo de perderte
La calma llega
es cierto
Acunados
transpiración en nudo
nuestros cuerpos se entregan al descanso
Y debemos parecer tan inocentes
como niños que su madre ha acostado
sudados de vivir sus correrías
No podrían imaginar que entre nosotros
una nueva batalla ha terminado.

Juan Daniel Perrotta

(Escrito bajo el seudónimo María Reyna)

miércoles, 15 de enero de 2014

Vamos a guardar este día...


Vamos a guardar este día
entre las horas, para siempre,
el cuarto a oscuras,
Debussy y la lluvia,
tú a mi lado, descansando de amar.
Tu cabellera en que el humo de mi cigarrillo
flotaba densamente, imantado, como una mano
acariciando.
Tu espalda como una llanura en el silencio
y el declive inmóvil de tu costado
en que trataban de levantarse,
como de un sueño, mis besos.

La atmósfera pesada
de encierro, de amor, de fatiga,
con tu corazón de virgen odiándome y odiándote.
todo ese malestar del sexo ahíto,
esa convalecencia en que nos buscaban los ojos
a través de la sombra para reconciliarnos.
Tu gesto de mujer de piedra,
última máscara en que a pesar de ti te refugiabas,
domesticabas tu soledad.
Los dos, nuevos en el alma, preguntando por qué.
Y más tarde tu mano apretando la mía,
cayéndose tu cabeza blandamente en mi pecho,
y mis dedos diciéndole no sé qué cosas a tu cuello.
Vamos a guardar este día
entre las horas para siempre.

 Jaime Sabines



lunes, 13 de enero de 2014

MAÑANAS ABANDONADAS


Te echo de menos
cuando los pájaros picotean una vieja llaga
…y me entristezco.
Te echo de menos
entre el murmullo de las hojas de otoño
y la suave lluvia.
Te echo de menos
cuando una bandada de mariposas aburridas
huye de mis manos.
Te echo de menos
cuando se despreocupa de mí
la cigüeña del minarete de enfrente
pelando una naranja a su pareja.
Te echo de menos
cuando se juntan las mañanas
abandonadas en mi lecho.
Te echo de menos
cuando las lágrimas se congelan en mis párpados.
Te necesito, brisa cálida, para que hagas llover.
Te echo de menos
cuando la noche cree en las calumnias de la noche
y abandona mi terraza.
Cuando el corazón se convierte en buzón de cartas que nunca llegan.
Te echo de menos
cuando se disuelve el silencio
y, en su soledad, la habitación se pudre.
Te echo de menos…
Cuando la pérdida se convierte
en la eterna canción
de una vida diminuta.


Aïcha Bassry



sábado, 11 de enero de 2014

Llamas húmedas

I

Bésame hondo y agudo, con un amor de viva llama; con sed,
intensa, fuerte.
Bésame en la rasgada noche, mientras tiemblan las aves del
cielo. Cíñeme a la rosa más leve, al silencio total, a la
última estrella.

II

Quiero la trémula sombra de un ave, para oírte en el vuelo
del silencio, y dormir en ti, con el beso de tu honda, en
tu montaña pálida, con un poco de alas.
Nocturno mar, sube silencioso hasta mis senos, déjame
sentir tu paso enlazado de espumas y ser toda tuya, sobre
llamas húmedas.

Yanira Soundy

jueves, 9 de enero de 2014

Mujer


Tu cuerpo
mientras te desnudas
pareciera una guitarra
cubierta de suspiros
palpando en el aire
(herido de tus senos)
inventarios de besos afincados
en la abertura
musical de tu cuello.

Ahora
en esta cama,
en esta nave
victoriosa
en donde nuestros sexos
se entregan
sin reposo y sin vergüenza,
empapados
por la sábana que nos funde
en el sudor
de una sola sangre,
estremecido
por el choque
de nuestras palpitaciones,
es fácil
decirle miserable
a la tristeza
o infame
a la envidia
de quienes nos imaginan.

Esta noche
las estrellas
despiertan en tus manos,
y tus dedos,
velas del deseo,
alumbran
susurros penumbrosos.

Un chisporroteo
de esmeraldas
se desliza
sobre la mediación
de nuestros cuerpos:
son tus ojos
escarbando dulces
la imprevista
derrota del adiós.

 Ariel Montoya


martes, 7 de enero de 2014

Una lágrima



una lágrima

un fragmento de papel

a veces es suficiente

después de las noches de castigos


tú y yo
la tinta de un cielo
en los perfumes del amanecer
donde se juntan nuestras voces
al principio del poema
que entre nuestros labios se despierta


Judith Bernice Advignon


domingo, 5 de enero de 2014

Soy un silencio

Soy un silencio
que se desliza en los contornos
de la madrugada
y se desnuda
en los gemidos de la lluvia.
Soy un verso
cubriéndote los poros,
la certeza de habitarte
en la piel de las sábanas.



Milena Chaves Matamoros

viernes, 3 de enero de 2014

SILENCIO

Hay algo que no puedo decirte
Soy tan silenciosa como un gusano de seda
Hilando una brillante hebra.
Despliego mi amor a los rayos del sol.
Tejo mi amor en el interior de la luz.
Tú eres la impaciente lluvia
Que humedece la seda que hilo.


Nguyen Bao Chan