- Reconstruiré una a una las arrugas de tus ojos
- para bebérmelas de golpe en primavera.
- Atravesaré con mi tacto los pliegues de tu boca
- para sorberlos como un mejunje medieval.
- Tu voz dejaré que la reconstruya el mar
- para más tarde sellarla con un ramillete de algas.
- Después me columpiaré en tus quejas
- (como plumas de siniestras palmípedas)
- y atravesaré con mi sangre el hilo de tu aliento.
- Neus Aguado