Qué sombra puede más que tu memoria,
qué distancia te marca,
amor, la duda
de mi entrega sin límite que exuda
sólo formas
recíprocas de gloria.
Sólo formo la luz de nuestra
historia
con la marca asombrada que desnuda
la indudable y
gloriosa sed aguda
del amor entregado sin escoria.
Un
racimo de luz, amor, espero
encontrar en tus manos y en tu
cerco
para arder sin medida entre tu pecho.
Qué cercado
calor de cuerpo entero
qué inmensa flor cuando a tu luz me
acerco
qué indeleble esperanza en nuestro lecho.
ETHEL KRAUZE