a veces soy la voz del otro lado del teléfono
a veces
un aliento
una ciudad enorme donde te encuentro a veces
por
supuesto una fecha
un saludo que cruza el cielo velozmente
dos
ojos que te miran
un café que te espera después de la
llovizna
una fotografía una mano en tu mano
desesperadamente
una canción etcétera
y siempre o casi siempre
nomás
ese silencio
donde solés colgar tus prendas íntimas.
Jorge Boccanera