Si has de amarme que sea solo
por amor de mi amor. No digas
nunca
que es por mi aspecto, mi sonrisa, la melodía
de mi
voz o por mi dulce carácter
que concuerda contigo o que aquel día
hizo que nos
sintiéramos felices…
Porque, amor mío, todas estas
cosas
pueden cambiar, y hasta el amor se muere.
No me quieras tampoco por las lágrimas
que piadosamente
limpias de mi rostro…
¡Porque puedo olvidarme de llorar
gracias a ti, y así perder tu amor!
Por amor de mi amor
quiero que me ames,
para que habite en los cielos, eternamente.
Elizabeth Barrett Browning