Besarte no es amor, es irte oliendo
igual que huele el macho
a su collera;
es saberte paloma mensajera
al gavilán las
alas abatiendo.
Besarte no es amor, es ir pidiendo
besana donde hundir mi
sementera;
es ser igual que el toro en la pradera
huyendo
de la hembra y embistiendo.
Igual que el ciervo oculta el baluarte
donde el celo resiste
y le reclama,
así mi boca llega hasta tu boca.
Porque besarte entonces, no es besarte.
Es dejar en los
labios la proclama
donde la sangre asusta de tan loca.
Ángel García López