Cuerpo de mujer desnuda
que acaricia el viento.
Voluptuosa
tempestad
que agita la imaginación
desoyendo al
pensamiento.
Danzó tu exquisita figura
encandilando la
pasión
que se adentra en tu pecho
buscando la ternura
en el
remanso de tu vientre.
Remontaste el vuelo
del pájaro en tu
montaña.
Tu cause se alborotó
como un río y de tu seno
brotó
la sabia de la vida.
La ternura está allí,
en la
madre naturaleza,
en tu cuerpo
de mujer desnuda.
HUGO RAMIREZ ALCOCER