sábado, 30 de agosto de 2008

ALGÚN DÍA

Algún día te escribiré un poema que no
mencione el aire ni la noche;
un poema que omita los nombres de las flores,
que no tenga jazmines o magnolias.

Algún día te escribiré un poema sin pájaros,
sin fuentes, un poema que eluda el mar
y que no mire a las estrellas.

Algún día te escribiré un poema que se limite
a pasar los dedos por tu piel
y que convierta en palabras tu mirada.
Sin comparaciones, sin metáforas;
algún día escribiré un poema que huela a ti,
un poema con el ritmo de tus pulsaciones,
con la intensidad estrujada de tu abrazo.
Algún día te escribiré un poema, el canto de mi dicha.

DARÍO JARAMILLO

viernes, 29 de agosto de 2008

Erótica

Porque son la rama y los frutos los que me acogen,
mientras escribo,
y tu mano acaricia mi seno.

La rama y los frutos cargados,
las semillas tensas y desbordantes;
en el acto del amor
es la palabra la que se resbala entre los muslos
la que alcanza la lucidez del instante preciso
la que va estallando en prismas iluminados:
cada sensación de piel germinada
cada encuentro de sonido en picada:
marejadas van y vienen
de tu abismo a mi abismo.

Mientras escribo
tu mano acaricia mi seno.

Muñiz-Huberman, Angelina

jueves, 28 de agosto de 2008

Pechos

A veces, solo en la calma
de la alcoba, me estremece
la evocación. En la palma,
como entonces, me parece
sentir el trémulo peso
de tus pechos, que en el beso
me ofrecen, para que muerda,
todo el bulto de la vida.
¿Ves tú? La memoria olvida,
pero la carne se acuerda.

Tomás Segovia

miércoles, 27 de agosto de 2008

TE AHOGARÉ EN MI CUERPO...

Te ahogaré en mi cuerpo
una tarde de agosto,
mecido entre mis pechos
como árboles nocturnos.
Requisaré tu lengua para el perfil más duro
de mi carne. Hombre tú,
hombre siempre soñado.
Mas no ignoras la trampa y sabes
que te espero, cepo para tus huesos,
húmeda dentellada.
Y aunque caminas lento, llegas inexorable.
Te acercas y te vistes
sólo para el banquete.
Alacrán confiado, caballo desmedido.
Te acercas y te arranco la vida a dentelladas.

Sumisa cae la tarde de agosto
sobre tu piel de pájaro:
ángel asaeteado entre sábanas tibias
y un corazón latiendo
con las fauces abiertas.

María Rosal

martes, 19 de agosto de 2008

UNIÓN

Amarte sin invadirte,
multiplicarte sin perderte,
decirte sin traicionarme,
guardarte sin poseerte,
y, así, ser yo mismo en lo más
secreto de ti.


VICENTE HUIDOBRO

lunes, 18 de agosto de 2008

DELICTIA CARNIS

Voy por tu cuerpo
con la avidez
gozosa
de un lobo que demarca
su nuevo territorio,
preciso tu latido,
tu miel,
tu levadura,
el tacto que me brinda
paraísos contrarios.
-Tu piel,
con su fragancia
de tierra lloviznada,
transpira como un niño
que juega entre la niebla-.
Con manos
como olas,
con labios
como insectos,
con el abrasado viento
de mínimas palabras
me aferro
a tus costados,
deambulo
por tu cuerpo,
convoco en tus fronteras
el solapado fuego.
Y, así,
de toque a beso,
de humedad a silencio
te creces en ternura,
te viertes
en codicia,
aprendo de tus manos
mi resplandor más hondo,
y bebo
en tu saliva
mis sales y mi aroma.

Flor Alba Uribe

domingo, 17 de agosto de 2008

Elegía y postal

No es fácil cambiar de casa,
de costumbres, de amigos,
de lunes, de balcón.
Pequeños ritos que nos fueron
haciendo como somos, nuestra vieja
taberna, cerveza
para dos.
Hay cosas que no arrastra el equipaje:
el cielo que levanta una persiana,
el olor a tabaco de un deseo,
los caminos trillados de nuestro corazón.
No es fácil deshacer las maletas un día
en otra lluvia,
cambiar sin más de luna,
de niebla, de periódico, de voces,
de ascensor.
Y salir a una calle que nunca has presentido,
con otros gorriones que ya
no te preguntan, otros gatos
que no saben tu nombre, otros besos
que no te ven venir.
No, no es fácil cambiar ahora de llaves.

Y mucho menos fácil,
ya sabes,
cambiar de amor.

Ángeles Mora