Llueve otra vez. Llueve de nuevo. Llueve:
        siempre el amor me llega con la lluvia.
        Sobre la calle una llovizna breve
        y aquí en mi corazón, cómo diluvia...
        Llueve. Y el agua cae sin relieve
        sobre las piedras, ávidas de lluvia.
        Aquí en mi corazón, cómo remueve;
        aquí en mi corazón, cómo diluvia.
        Siempre el amor me llega así. Sin ruido,
        con silencioso paso estremecido:
        niebla menuda que después diluvia.
        Siempre el amor me llega así, callado,
        con silencioso andar desesperado...
        Y no sé dónde estás. Y está la lluvia.
Julia Prilutzky