Escribir el instante 
            que no es poco. 
Inventarlo, intentarlo 
            con palabras indóciles. 
Acomodar los signos 
            en desacuerdo con el día. 
Saber un poco más 
            o un poco menos. 
Y adivinar que mañana 
            habrá otro borrador indescifrable.
Teresa Martín Taffarell