miércoles, 31 de agosto de 2011

Investigación privada

¿Por qué calle andarán
ahora mis pasos? ¿Quién estará
besando
mis labios en aquella copa
con la que brindé contigo y por ti?
¿Quién, al amanecer,
escuchará los pájaros
desde el mismo colchón
en que yo los oí por vez primera?
Y, ya traspasado por la luz, ¿quién abrirá
la ventana para abrazar un rumor de patio
con olor a pasteles y vida recién hecha?
Avanza la noche, una noche
ya lejana de aquel azul intenso,
y, sin embargo, no puedo dejar
de preguntarme qué será
de aquella vida mía
que para siempre quedó en Lisboa.

José Gutiérrez Román

miércoles, 10 de agosto de 2011

Compañía anónima




como un bosque intervenido por compañía americana
se me agotan los recursos
y no sé sustentar flora ni fauna
me completo pues la pirámide y me depredo
intento terminar el proceso económico
de mi sector servicios
y resulto la misma realidad empobrecida de mí misma
oh cuánto mejor no resultaría invertir en el extranjero
entonces te elijo a ti
pero tú prefieres la inversión segura de lo real
por la letra a plazos de lo imposible

María Eloy-García

domingo, 7 de agosto de 2011

Plenitud

Yo soy la plenitud, soy el estío.
Mi piel trigueña por el sol tostada,
tiene una leve amarillez de hastío
y un perfume de fruta sazonada.

Mi amor ondula como turbio río
por un valle de yerba calcinada,
y es mi beso perenne escalofrío
que aviva una celeste llamarada.

Amo el dolor porque el dolor es cumbre,
amo la vida que la vida es lumbre
si se perfila en páginas de fuego.

No me importan la vida ni el sarcasmo,
porque templo la fe de mi entusiasmo,
sobre la fragua del cupido ciego.

Laura Victoria

viernes, 5 de agosto de 2011

Cuando tú me elegiste

Cuando tú me elegiste
-el amor eligió-
salí del gran anónimo
de todos, de la nada.
Hasta entonces
nunca era yo más alto
que las sierras del mundo.
Nunca bajé más hondo
de las profundidades
máximas señaladas
en las cartas marinas.
Y mi alegría estaba
triste, como lo están
esos relojes chicos,
sin brazo en que ceñirse
y sin cuerda, parados.
Pero al decirme: “tú”
a mí, sí, a mí, entre todos-,
más alto ya que estrellas
o corales estuve.
Y mi gozo
se echó a rodar, prendido
a tu ser, en tu pulso.
Posesión tú me dabas
de mí, al dárteme tú.
Viví, vivo. ¿Hasta cuándo?
Sé que te volverás
atrás. Cuando te vayas
retornaré a ese sordo
mundo, sin diferencias,
del gramo, de la gota,
en el agua, en el peso.
Uno más seré yo
al tenerte de menos.
Y perderé mi nombre,
mi edad, mis señas, todo
perdido en mí, de mí.
Vuelto al osario inmenso
de los que no se han muerto
y ya no tienen nada
que morirse en la vida.

Pedro Salinas

miércoles, 3 de agosto de 2011

Atención

Entre la multitud
puedes reconocerme, amor:

yo soy el que va cantando.


Eduardo Langagne

lunes, 1 de agosto de 2011

DORMIDO

Mi brazo rema cuando estoy dormido

a la orilla distante me traslada

De un lado a otro se mueve mi cabeza

y mis piernas también con suavidad

Cada mañana vuelvo al punto de partida

alegre y cansado

En la orilla del sueño hay aventura

al despertar sé de memoria mi rutina


EDUARDO LANGAGNE