lunes, 31 de enero de 2011

Ella

Viene despacio
entra
tropieza con mi tos
con mi costumbre de dejar la nuca
en cualquier parte
viene despacio
ordena mis silencios
desata las palabras necesarias
recibe la correspondencia de mis ojos
viene despacio
a tender sus manteles de ternura
viene despacio
apenas hecha humo para no despertarme
se abre paso entre vasos arrojados al día
retratos de mujeres
noches de bronca y noches de ginebra
viene despacio
con su enchape celeste subiéndose a mis mástiles
viene despacio
entra
se arrodilla al borde de mi alma
y junta los fragmentos de mi risa
después... se vuela azul como la tarde.

Jorge Boccanera

sábado, 29 de enero de 2011

Subes del mar, entras del mar ahora...

Subes del mar, entras del mar ahora.
Mis labios sueñan ya con tus sabores.
Me beberé tus algas, los licores
de tu más escondida, ardiente flora.

Conmigo no podrá la lenta aurora,
pues me hallará prendido a tus alcores,
resbalando por dulces corredores
a ese abismo sin fin que me devora.

Ya estás del mar aquí, flor sacudida,
estrella revolcada, descendida
espuma seminal de mis desvelos.

Vuélcate, estírate, tiéndete, levanta,
éntrate toda entera en mi garganta
y para siempre vuélame a tus cielos.

Rafael Alberti

jueves, 27 de enero de 2011

Retornos del amor en la noche triste

Ven, amor mío, ven, en esta noche
sola y triste de Italia. Son tus hombros
fuertes y bellos los que necesito.
Son tus preciosos brazos, la largura
maciza de tus muslos y ese arranque
de pierna, esa compacta
línea que te rodea y te suspende,
dichoso mar, abierta playa mía.
¿Cómo decirte, amor, en esta noche
solitaria de Génova, escuchando
el corazón azul del oleaje,
que eres tú la que vienes por la espuma?
Bésame, amor, en esta noche triste.
Te diré las palabras que mis labios,
de tanto amor, mi amor, no se atrevieron.
Amor mío, amor mío, es tu cabeza
de oro tendido junto a mí, su ardiente
bosque largo de otoño quien me escucha.
Óyeme, que te llamo. Vida mía,
sí, vida mía, vida mía sola.
¿De quién más, de quién más si solamente
puedo ser yo quien cante a tus oídos:
vida, vida, mi vida, vida mía?
¿Qué soy sin ti, mi amor? Dime qué fuera
sin ese fuerte y dulce muro blando
que me da luz cuando me da la sombra,
sueño, cuando se escapa de mis ojos.
Yo no puedo dormir. ¡Cuántas auroras,
oscuras, braceando en las tinieblas,
sin encontrarte, amor! ¡Cuántos amargos
golpes de sal, sin ti, contra mi boca!
¿Dónde estás? ¿Dónde estás? Dime, amor mío.
¿Me escuchas? ¿No me sientes
llegar como una lágrima llamándote,
por encima del mar, en esta noche?

Rafael Alberti

martes, 25 de enero de 2011

Te quiero a las diez de la mañana

Te quiero a las diez de la mañana
y a las once y a las doce del día.

Te quiero con toda mi alma
y con todo mi cuerpo a veces en las tardes de lluvia.

Pero a las dos de la tarde
o a las tres...
cuando me pongo a pensar en nosotros dos,
y tú piensas en la comida o en el trabajo diario,
o en las diversiones que no tienes,
me pongo a odiarte sordamente
con la mitad del odio que guardo para mi.

Luego vuelvo a quererte,
cuando nos acostamos y siento que estás hecha para mi,
que de algún modo me lo dicen tu rodilla y tu vientre,
que mis manos me convencen de ello,
y que no hay otro lugar en donde yo me venga,
a dónde yo vaya mejor que tu cuerpo.

Tú vienes toda entera a mi encuentro,
y los dos desaparecemos un instante,
nos metemos en la boca de dios,
hasta que yo te digo que tengo hambre o sueño.

Todos los días te quiero y te odio irremediablemente,
y hay días también hay horas en que no te conozco,
en que me eres ajena como la mujer de otro.

Me preocupan los hombres,
me preocupo yo, me distraen mis penas,
es probable que no piense en ti durante mucho tiempo.

Ya ves , ¿quién podría quererte menos que yo?
Amor mío

Jaime Sabinés

domingo, 23 de enero de 2011

Mentiras piadosas

Te mentí cuando te dije
que buscaba sexo sin complejos
cuando dije
“no te quiero”
Cuando cerré los ojos
para que no vieras
mis sentimientos
Cuando casualmente
recogí mi ropa
y aspiré muy hondo
tu perfume para
llevarlo muy dentro
Cuando dije no a las ataduras
y sin embargo por dentro
temblaba con tus besos
Cuando me despedí
con un beso ligero
cuando quería aferrarme
a tus labios
y acariciar tu lengua
sin soltarte jamás
hasta el próximo encuentro
Te mentí cuando dije
que no era nada
que el sexo era sólo eso
Sexo
Te mentí cuando la realidad
es que ya formabas parte
de mi universo
Te mentí
con descaro
con todos mis miedos

Te mentí
Te mentí cuando te dije
que quería sexo sin complejos

Silvia Cuevas Morales

viernes, 21 de enero de 2011

Flores

Hay otra piel dentro de mi piel
que se ajusta a tu tacto como un lago a la luz;
que desliza su memoria, su lenguaje perdido
dentro de tu lengua,
borrándome para hacerme de nuevo.

Justo cuando el cuerpo cree saber
los caminos para conocerse a sí mismo,
esta segunda piel sigue buscando sus respuestas.

En la calle - las sillas de los cafés abandonadas
en las terrazas, los puestos del mercado vaciados
de su viva luz,
aunque el pavimento todavía respire
uvas y melocotones -
como la luz de todo lo que crece
en la tierra recién removida,
cada partícula de mí se ajusta a tu tacto,
el viento envolviéndonos las piernas en mi vestido,
tu camisa deshaciéndose en flores por mis manos.

Anne Michaels

miércoles, 19 de enero de 2011

LATIDOS

Quiero y me dejo querer.
Estreno contigo sentimientos silenciados
y comparto misterios entre risas de fiesta.
Puedo ser lo que soy
y aprendo a conocerte.
Me has regalado el viento, un desafío...
Un día, en mi soledad, te soñé;
y hoy, me aportas gotas de sueños
en cada huella que dejamos juntos.
Marcas el ritmo de la primavera y,
mes a mes, puedo ver tu corazón
en cada gesto.
Me has enseñado a soportar tempestades
y arropas con tu chispa mis dibujos de niña.
Descubro un pasaporte a las estrellas
cuando, con tu magia, rompes la monotonía.
Pienso en acuarelas desde que estás conmigo,
me disfrazas de reina cada vez que me miras.
Y, por fin, dejé mis amuletos
porque tú eres el trébol que oxigena mi alma.

María Ángeles Chavarría

lunes, 17 de enero de 2011

DE ALBAHACA Y PIMIENTA

Te regalo el condimento de mi carne,
los laureles que me hacen de diadema,
la pimienta que deseas por las noches
y la sal que me corre por las piernas.
Te regalo un sobrecito con lavanda,
un pañuelo con aroma de violetas,
un lugar en el centro de la cama,
un espacio en los placares de mi pieza.
Te regalo un día de campo entre cobijas,
que no asistas a las citas de tu agenda,
que me lleves en tus brazos a la luna
y mis dedos acaricien las estrellas.

Gabriela Abeal

sábado, 15 de enero de 2011

ALBADA

LA NOCHE es sólo un parpadeo azul en la memoria. Su luz nunca se ha ido: es tu cuerpo. Tu cuerpo que ahora despierta y canta profundo en mi cuerpo. EDUARDO CHIRINOS

jueves, 13 de enero de 2011

Sílabas de Luz (Rojo)

I

Vamos a deshojar esta niebla
a abrirle cosquillas con los dedos
tú por un lado, yo por el otro
a ver si nos encontramos desdibujados
casi ciegos
y nos seguimos conociendo
con estos dedos torpes, pero ciertos.


Vamos a abrir esta niebla
y a besarnos.


Hace un tiempo blanco y distante
hace tiempo que te quiero
vamos a desdoblar el horizonte
vamos a rozarnos en silencio
vamos a decirle a las nubes
que se vayan
que nos dejen solos,
solos, con nuestros besos.


AÍDA ACOSTA

martes, 11 de enero de 2011

UNA HOJA EN EL INVIERNO

MIENTRAS DUERMES mi mano
escribe sobre tu cuerpo
una palabra.

Y al escribirla tiemblas
como una hoja en el invierno.

Cuando despiertes mi mano
habrá borrado esa palabra.

Entonces será tuya.

EDUARDO CHIRINOS

domingo, 9 de enero de 2011

En un cuadro de Gustav Klimt

Desnúdame.
Dibuja mis formas de mujer.
Envuélveme,
escóndeme con ropas de colores,
con generosos dorados.
Haz de mi el mejor paisaje.
Déjame hacerte creer que duermo
para que puedas despertarme.
A mí, que soy de verdad,
rodéame de sueños,
vísteme con mis cabellos,
con brillos de pasión estética y descarada.
Barnízame de deseo,
siente mi piel mirándome.
Mírame,
que me dejo;
como en un cuadro de Gustav Klimt.

Teresa Colom

viernes, 7 de enero de 2011

XXII

Quiero penetrar en ti,
Que tu rostro me llueva,
Que tu lengua como seda
Me seque
Muy adentro las pupilas
Dilatadas: las tuyas y las mías,
En esa fogosa pasión
Que moja mi hueco.
Ahogada sin aliento
Me has dejado después
De aspirarme toda.

Carmen Parra

miércoles, 5 de enero de 2011

IV


Todo fue tenerte desnuda,
todo fue contemplar tu desnudez,
para saber que camino con tu sombra.
Que el frío se queda lejos de la flor
de tu epidermis.
Deseo
Me aferro a tus palabras
- como el liquen a la piedra –
esperando la resurrección
que me traiga el invierno de tu boca.
El recuerdo pesa como el canto
de estos emisarios nocturnos que le traen
calma al sudor que conjuga
los cantos de la víspera.
Si el viento pudiera llevarme
hasta tu caracol solitario
cada levante sería un acontecer con tu secreto
donde jugaríamos
como nubes lanzadas a la calma.
Amílcar Colocho

lunes, 3 de enero de 2011

Poema Vegetal

En tus hondonadas me quedo, cavando versos
descubriendo el amanecer de tu sonrisa
portando tus banderas que de invencibles
siembran plomo
en el corazón de las sombras.
Si la magia no fuera esta maravilla de saberse
desnudos
asirse del corazón del otro,
partir en busca de la fuente mineral de tu saliva.
Te nombro mariposa, estrella, fuente de luna
y cada día te bautizo transformada con el agua
tienes de amanecer la espesura, la luz, la
inmensidad y los trinos
cuyo eco me sigue, atraviesa los muros, dobla las
esquinas
se desliza
con el viento en la pupila del agua.
Amílcar Colocho

sábado, 1 de enero de 2011

DE GABRIELA Y MENTA

Te regalo caminar sobre la arena,
que los cuerpos se confundan en abrazos,
los besos de almíbar que me broten,
los verbos de ciruelas y naranjas.
Te regalo un frasquito de suspiros,
una olla con verduras de esperanza,
los cubiertos en el césped de la mesa,
los platos en mi ombligo y en tus labios.
Te regalo mi castillo de ilusiones,
los juguetes que atesoro hace años,
las palabras que construyen las paredes,
silencios donde las miradas hablan.
Te regalo el infinito de las fuerzas,
mis creencias para transformar el mundo,
un hechizo que se lleve las trist
ezas,
una fuente de deseos en tu cama.

Gabriela Abeal