lunes, 30 de abril de 2012

Dormirme en la noche de tu pelo

Dormirme en la noche de tu pelo
en el filo de tu labio desvanecerme
ser tan sólo pigmento de tu piel
fósforo encendido en la médula de tu hueso
desposeerme
serte
en el músculo que tensa tus muslos
en la vena que azulea en tu muñeca.

Pilar Pallarés García

sábado, 28 de abril de 2012

Ilusión Marina

Tu lengua,
pececillo inquieto en mi rostro.
Tu boca,
ostra que juega con mis labios.
Tu piel,
arena ardiente sobre mi cuerpo todo.
Tu voz,
canto de sirena que me llama y espera.
Mi piel y mi alma responden
pero tú, sirena mía,
te esfumas con el sol
al bajar la marea.

María Amparo Jiménez

jueves, 26 de abril de 2012

Poema 51

Miré las aguas
y vi su gesto grácil
y vi en mis ojos su mirada
y ardió el río
con el dardo de amor,
y discurría mi cuerpo
con el suyo
entre las llamas del agua.

Clara Jané

martes, 24 de abril de 2012

Yo soy la amada

Yo soy la amada, amante, soy la amada:
voy andando las horas que separan
mi cuerpo de tu cuerpo
y restañando las frágiles heridas
de huellas que volaron con tu nombre.
Yo soy la amada, amante, soy la amada:
la que brotó salvaje entre tu trigo
y lo tiñó de púrpura,
la que sin darse cuenta
iluminó de pronto tu paisaje,
la que acudió a tu llanto
y en su aljibe
atesoró tus lágrimas.
Yo soy la amada, amante, soy la amada:
la que en silencio mira.
La que te espera.
La que teje sus sueños con tu vida.

Luzmaría Jiménez Faro

domingo, 22 de abril de 2012

Labios ausentes

Quiero dedicar este poema
a todas las mujeres que amamos
durante algunos instantes secretos,
a las que apenas conocemos,
a las que un destino distinto les arrastra
y ya no volvemos a ver más.

A la que vemos aparecer
un segundo en su ventana
y rápidamente se desvanece
pero cuya esbelta silueta
es tan graciosa y delicada
que nos quedamos maravillados.

A la compañera de viaje
cuyos ojos, encantador paisaje,
hacen parecer corto el camino.
Que somos los únicos en comprenderla
y a la que sin embargo dejamos bajar
sin haber rozado su mano.

A las que ya están comprometidas,
y que, viviendo horas grises
cerca de un ser demasiado diferente,
nos han dejado, inútil locura,
ver la melancolía
de un futuro desesperante.

Queridas imágenes vistas,
esperanzas frustradas de un día,
mañana estaréis en el olvido.
Con solo un poco de felicidad que tengamos
es raro que nos acordemos
de los episodios del camino.

Pero si hemos fracasado en la vida,
pensamos con un poco de ganas
en todas esas felicidades entrevistas,
en los besos que no osamos coger,
en los corazones que debían esperarnos,
en los ojos que no hemos vuelto a ver.

Entonces, en las noches de hastío,
poblando nuestra soledad
con los fantasmas del recuerdo,
lloramos los labios ausentes
de todas las bellas fugaces
que no supimos retener.

Georges Brassens

viernes, 20 de abril de 2012

Ella

Ella está hecha a semejanza de las cosas que amo.
Se parece a la noche,
o mejor: a una noche sin ausencias.
Ella es exacta.
Cuando la noche escurre, su cuerpo se humedece.
Me permite trepar por mis temblores
y agitar su nombre desde la oscuridad.
Ella es irrepetible.
Nació en las piedras donde empieza mi desorden.

Eduardo Langagne

miércoles, 18 de abril de 2012

Con el velo en la noche

Cuando cubres mi espalda con el velo de la noche
y cruzas en silencio el húmedo paisaje de mi
cuerpo, el ala errante del viento
se quiebra en nuestro sueño.
La luna cae sobre el mar,
llena de silencios.
La tarde se vuelve tempestad, agua despeñada de lo alto, voz de lluvia.
La rosa amarilla se abre al aire frío,
susurran los árboles
y tú bebes el secreto
que vibra entre mis labios.
Cuando cubres mi espalda
con el velo de la noche,
una amapola se quema entre tus dedos.
El amor abre sus alas a un canto de estrofas
y se vuelve un río pensativo,
una larga voz que moja
las campanillas y los cardos.
Cuando cubres mi espalda
con el velo de la noche,
en los aleros canta un pájaro salvaje.

Yanira Soundy

martes, 17 de abril de 2012

Tu verbo a solas

Déjame esta noche adormecer en tus ojos,
quiero quedarme en ellos
sin estos brazos cansados de esperar, una pasión eterna.
Sin estos labios en donde mustios hombres pretendieron dejar sus huellas.
Quiero estar en ti quieta y callada, sin la nostalgia de ser mar y no un corazón humedecido por el llanto.
Déjame quedarme en tus manos, sin más palabras que tu Verbo a solas.
Tómame..
y no preguntes ¿Porqué?... Tú lo sabes bien...
Esta noche mi alma es una gota honda de nostalgia, un mas allá sin el puente de las dudas, he desgarrado las cortezas estériles y hoy
mi vida entera te pertenece.

Yanira Soundy

sábado, 14 de abril de 2012

Sin olvidar al amor

VII
Caminando contigo la ciudad es nueva:
A nuestro paso las calles se van construyendo.
Los edificios adquieren formas que
los arquitectos jamás han pensado. Y
es verdad. Es cierta esta locura de
reconstruir el mundo, porque dos enamorados
no merecemos estas calles grises.

José Vicente Anaya

jueves, 12 de abril de 2012

Amantes II

Desnudos afrentamos el cuerpo
como dos ángeles equivocados,
como dos soles rojos en un bosque oscuro,
como dos vampiros al alzarse el día,
labios que buscan la joya del instante entre dos muslos,
boca que busca la boca, estatuas erguidas
que en la piedra inventan el beso
sólo para que un relámpago de sangres juntas
cruce la invencible muerte que nos llama.
De pie como perezosos árboles en el estío,
sentados como dioses ebrios
para que me abrasen en el polvo tus dos astros,
tendidos como guerreros de dos patrias que el alba separa,
en tu cuerpo soy el incendio del ser.

Jorge Gaitán Durán

martes, 10 de abril de 2012

En lo oscuro

en lo oscuro
de la lluvia, mientras el atardecer
entra en su estuche me siento
a pensar en ti

la ciudad
sagrada que es tu rostro
tus mejillas pequeñas las calles
de las sonrisas

tus ojos
a medias ave
a medias ángel y tus soñolientos
labios donde flotan las flores del beso

y
hay esa dulce y tímida pirueta
tu pelo
y también

tu alma
de canción y danza. una estrella
única raramente amada
se pronuncia, y yo

pienso
en ti

E. E. CUMMINGS

domingo, 8 de abril de 2012

Boca a boca

Copa de vino donde quiero y sueño
beber la muerte con fruición sombría,
surco de fuego donde logra Ensueño
fuertes semillas de melancolía.

Boca que besas a distancia y llamas
en silencio, pastilla de locura,
color de sed y húmeda de llamas...
¡Verja de abismos es tu dentadura!

Sexo de un alma triste de gloriosa;
el placer unges de dolor; tu beso,
puñal de fuego en vaina de embeleso,
me come en sueños como un cáncer rosa...

Joya de sangre y luna, vaso pleno
de rosas de silencio y de armonía,
nectario de su miel y su veneno,
vampiro vuelto mariposa al día.

Tijera ardiente de glaciales lirios,
panal de besos, ánfora viviente
donde brindan delicias y delirios
fresas de aurora en vino de poniente...

Estuche de encendidos terciopelos
en que su voz es fúlgida presea,
alas del verbo amenazando vuelos,
cáliz en donde el corazón flamea.

Pico rojo del buitre del deseo
que hubiste sangre y alma entre mi boca,
de tu largo y sonante picoteo
brotó una llaga como flor de roca.

Inaccesible... Si otra vez mi vida
cruzas, dando a la tierra removida
siembra de oro tu verbo fecundo,
tú curarás la misteriosa herida:
lirio de muerte, cóndor de vida,
¡flor de tu beso que perfuma al mundo!

Delmira Agustini

viernes, 6 de abril de 2012

Quisiera ser tu predilecta almohada

Quisiera ser tu predilecta almohada
donde de noche apoyas tus orejas
para ser tu secreto y ser las rejas
de tu sueño: dormida o desvelada

ser tu puerta, tu luz cuando te alejas,
alguien que no trató de ser amada.
Huir de la ansiedad que está en mis quejas,
poder a veces ser lo que soy, nada,

no tener nunca miedo de perderte
con variación y honda infidelidad,
jamás llegar por nada a concederte

la tediosa y vulgar fidelidad
de los abandonados que prefieren
morir por no sufrir, y que no mueren.


miércoles, 4 de abril de 2012

A quién agradecer

A quién agradecer
la sabia geometría de tu oreja,
su lóbulo de luz y la firmeza
de sus surcos de sombra,
y el deseo, que es una llamarada que se enciende
en la gruta de felpa
donde encierran su enigma tus más perversas músicas.

Piedad Bonnett

lunes, 2 de abril de 2012

CUANDO

Cuando
te tiemblan
las manos,
lo mejor es atarlas.
Y cuando
tiemblas tú,
lo mejor es que me pidas
que te rodee
con mis brazos.

JAVIER DAS