domingo, 30 de diciembre de 2012

El abrazo.

Fue el abrazo
fue la manera de dar
el abrazo
fue la fuerza del abrazo
fue la postura
la forma de guarida
de cavidad
la conducta del abrazo
responsable,
de sostener sin poseer
de brindar sin pedir.
Fue el color de bienvenida
fue ese primer instante
que le propuso a mi piel
cambiar la temperatura
intercambiar latidos.
Después nacieron las palabras. 

 Graciela Wencelblat Wainbuch 

viernes, 28 de diciembre de 2012

CUERPOS


 
I
Tu piel
Es la página
Que desean mis dedos
Para imprimir sus memorias
 
II
Tu cuerpo
Cubre la exacta
Dimensión de mi deseo
 
Mi deseo
Cubre la exacta
Dimensión de tu cuerpo
 
III
Lejos de ti
El sueño es el camino
Para encontrar tu cuerpo junto al mío

Homero Carvalho Oliva

miércoles, 26 de diciembre de 2012

IX

Hombre roble sumergido
por tus extremidades subo
escalando riscos
Amplio eres y angosto
un barco donde me mezo
pero revienta la ola y te astillas
Crujes
penetra el agua
Busco pañuelos y sostenes
tapo agujeros en vano
Estamos solos en medio del naufragio

Beso tu proa
hasta el último mastil
El océano entero penetra
por mi boca 

Heddy Navarro Harris 

lunes, 24 de diciembre de 2012

Publicidad engañosa

Busco

Que sea tierno ante todo.
Que esté conmigo
no más de veinte días.
Que se vuelva de amor
y de remate loco
y que luego se vaya
sin ruegos, ni exigencias,
ni mentiras...

Así las condiciones.

Abstenerse los que creen en dios,
en sacramentos,
en la ley de los hombres.

Soy solo una mujer
con la espera entreabierta
para el que oculta veneno en la saliva
un cuchillo en los dientes
y entre las piernas
la razón poderosa de la desgracia. 

María Rosal

sábado, 22 de diciembre de 2012

Porque te has convertido...



Porque te has convertido
en fugaz visitante
y acudes cada noche
embozado a mi alcoba,
mis colchas y mis velos
ya tiemblan a tu paso.
He de ser favorita
en tu piel y en tu lumbre,
surco de la palabra
asediando tu carne. 

María Rosal

jueves, 20 de diciembre de 2012

He venido a ti

He venido a ti pero sin perfume
y sin joyas
he venido a ti
como soy realmente
sin marco
sin falsedad
he venido a ti...
como habitante de la Tierra.


Maram al-Masri

martes, 18 de diciembre de 2012

Estudio de desnudo

Esa línea que nace de tus hombros,
Que se prolonga en brazos, después mano,
Esos círculos tangentes, geminados,
Cuyo centro en cono se resuelve,
Agudamente erguidos hacia los labios
Que ansiosos de los tuyos se desprenden.

Esas dos parábolas que te encierran
En el quebrar ondulado de cintura,
Las calipigias cicloides superpuestas
Al trazo de las columnas invertidas:
Tibios muslos de líneas envolventes,
Torneada espiral que no se extingue.

Esa curva tan suave que dibuja
Sobre tu vientre un arco reposado,
Ese triángulo oscuro que fulgura,
Camino y sello de la puerta de tu cuerpo,
Donde el estudio que de desnudo hago
Se transforma en cuadro terminado. 

José Saramago

domingo, 16 de diciembre de 2012

Secretamente

Acompañar a un cuerpo dormido,
acariciar su piel mientras sueñas
en amar esos años prodigiosos
en íntima vigilia,
rememorar ese cuerpo secreto
de ojos dulces y causa ciega,
decir amor sobre sus largos cabellos
y recorrer audaz la línea divisoria,
sin transgredir su paz ni su silencio.

Francisco Gálvez

viernes, 14 de diciembre de 2012

Da tu alegría


Da tu alegría,
el resplandor de tus ojos,
el fuego de tu cuerpo
y tu paciencia.

Deja que el agua
enjuague tus lágrimas
y ahogue tus gemidos,
tú,
la amante.

   Maram al-Masri

miércoles, 12 de diciembre de 2012

CAFÉ CANELA

Café canela de a sorbos,
derrochamos las palabras
por designio del destino
escondidas de infortunio,
al crepúsculo testigo
tarde en llamas de un otoño.

Nos sentamos, conversamos,
tú dijiste muchas cosas
y yo dije muchas otras,
café canela sorbiendo...
soltando audaces miradas
en compases vespertinos.

Súbitamente y sublime
la noche nos fue cubriendo,
bastó un silencio profundo
y una pregunta azarosa,
café canela de a sorbos...
Y tu infinita mirada
se reflejó en mis pupilas,
como en un mar de ansiedades.

Antes que el café se acabe,
sí, tus manos y mis manos
se encontraron de improviso
y un huracán de amapolas
ardió en medio de esa magia.

Café canela de a sorbos,
en la cuenta regresiva
tras el tiempo ya perdido,
recorrimos de inmediato
el camino fugitivo
de prohibidas melodías,
de encendidas madreselvas.

Café canela de a sorbos,
florecieron nuestros labios
de néctar y nardos vivos.

Ahogada en café la noche,
penetraba imperturbable
en un sudor sin preguntas
en un sudor sin respuestas.

Mientras, rompimos las reglas
sobre el amor en silencio,
sobre el amor al desnudo
y un manantial de jazmines
y de mieles muy sabrosas
lento y profundo invadía
los cuencos de mis entrañas,
disuelto en café canela.

Con sabor café canela,
mi cuerpo de mar se hizo,
tu piel mi bahía fue,
a los pies erupcionados
del volcán que despertamos.

María Eugenia Ayala




Y EN LÁGRIMA CONVERTIRME



para regresar del polvo
renacer de tus pupilas,
resbalar por tus mejillas,
y al fin morir…
en tus labios.

María Eugenia Ayala

lunes, 10 de diciembre de 2012

PORQUE ERES


Te quiero porque eres mar
tan salado y bravío
te quiero porque eres la ola
que me envuelve a lo profundo
y me devuelves a la orilla como un pez moribundo
te quiero porque vuelves y vas
vuelves y vas de mí hacia mí
vuelves y me encuentras, siempre me encuentras
como barco varado en tu orilla y entonces te quedas
si te quedas, hasta oxidarme
por eso te quiero porque eres mar
y te vas tan profundo te vas
soy tu arena, tu pez, vivo dentro de ti y vives dentro de mí
Mi mar, mi sal.

Marisol Baeza

sábado, 8 de diciembre de 2012

Balaúa

De oleaje tú de entrega de redivivas muertes
en el la maramor
plenamente amada
tu néctar piel de pétalo desnuda
tus bipanales senos de suave plena luna
con su eromiel y zumbos y ritmos y mareas
tus tús y más que tús
tan eco de eco mío
y llamarada suya de la muy sacra cripta mía tuya
dame tu
Balaúa 

Oliverio Girondo

jueves, 6 de diciembre de 2012

Cerca y lejos

Más allá del pecado,
indecible, te adoro,
y al buscar mis palabras
sólo encuentro unos besos.

En el pecho, en la nuca,
te quiero.
En el cáliz secreto,
te quiero.

Donde tu vientre es combo,
fugitiva tu espalda,
oloroso tu cuerpo,
te quiero. 

Gabriel Celaya

martes, 4 de diciembre de 2012

Pequeño elogio de tu olor

    De tierra fresca eres: en la noche
    Me hueles a terreno trabajado.
    Tu olor de tierra en celo se me acerca
    y  me navega el cuerpo como un barco.
    Olor a entraña viva, a tierra jovenc
    ruzada de raíces como brazos.
    Conozco bien tu olor. Lo reconozco
    como casa que yo siempre habitara.
    Palpo tu olor lo mismo que una fruta
    y sé de que regiones se te escapa.
    Huelen a tierra húmeda tus ojos.
    Huelen a tierra fresca tus espaldas.
    Huelen a tierra negra tus cabellos.
    A tierra sembradía huele tu alma.
    A tierra fertilísima tu vientre.
    Tu boca a tierra de caverna cálida.
    A tierra florecida tus dos pechos.
    Huele tu pubis como tierra arada.

    Por tu olor voy a ti y eres entonces
    mi tierra más cercana y más querida.
    Te siembro la semilla de mi beso,
    la semilla infantil de mi alegría
    Y juntos somos una yunta alegre:
    la tierra fresca tú. La tierra viva;
    yo el sembrador que siembra entusiasmado
    y acaba él mismo haciéndose semilla.
    Jorge Debravo

domingo, 2 de diciembre de 2012

Canción del amor lejano

Ella no fue, entre todas, la más bella,
Pero me dio el amor más hondo y largo.
Otras me amaron más; y, sin embargo,
A ninguna la quise como a ella.

Acaso fue porque la amé de lejos,
Como una estrella desde mi ventana
Y la estrella que brilla más lejana
Nos parece que tiene más reflejos.
Tuve su amor como una cosa ajena
Como una playa cada vez más sola,
Que únicamente guarda de la ola
Una humedad de sal sobre la arena.
Ella estuvo en mis brazos sin ser mía,
Como el agua en cántaro sediento,
Como un perfume que se fue en el viento
Y que vuelve en el viento todavía.
Me penetró su sed insatisfecha
Como un arado sobre llanura,
Abriendo en su fugaz desgarradura
La esperanza feliz de la cosecha.
Ella fue lo cercano en lo remoto,
Pero llenaba todo lo vacío,
Como el viento en las velas del navío.
Como la luz en el espejo roto.
Por eso aún pienso en la mujer aquella,
La que me dio el amor más hondo y largo
Nunca fue mía. No era la más bella.
Otras me amaron más. Y, sin embargo,
A ninguna la quise como a ella.

José Ángel Buesa