martes, 30 de abril de 2013

En mis sueños/ Mosccoy ñoccakpi


En mis sueños

Así como la sombra va pegada a mi cuerpo
alargándose y constriñéndose,
tú vas adherida a mis sueños
partiendo y llegando por los caminos confusos, opacos,
desiertos;
te diluyes a veces en mi memoria
pero tus labios rozan el cuerpo de mis ensueños
y solitario en el mundo
me aferró a tu esencia de aromáticas hierbas.


Mosccoy ñoccakpi

Chaynumari llanthu ccatiricuy cuerpoñoccak
huiñachiy pas intiluy
ccatiricuiccan llagtassga musccoy ñoccakpi
pulita allaliy pas camay sasa-pulicuna raycu tutayak,
chunyan;
chullussga ccan yuyay ñoccapi
shimi ccanpash ipu amuy cuerpopai moshgoy ñoccakpi
pas tek-simuyulla
huatacuy ñocca k'apayccan
shumag mushquig hihua.

 Freddy Chinkangana

domingo, 28 de abril de 2013

LA TIBIEZA



Te ruego que te acerques
Que llegues descalza
Desnuda como la planta de los pies
Por la madera del piso
Hasta mí



Miguel Gaya 

viernes, 26 de abril de 2013

MALEFICIO



Ella
Cruzaba las piernas y aludía a todas las tentaciones
Cruzaba las piernas y prometía las más intensas alucinaciones
Cruzaba las piernas y liberaba los esclavos
Cruzaba las piernas y desataba dulzuras infernales
Cruzaba las piernas y estallaba el asombro
Cruzaba las piernas y me sentía borracho
Cruzaba las piernas y me arrodillaba ante el Misterio
Cruzaba las piernas y conocía la Revelación


JUAN JOSÉ CESELLI

miércoles, 24 de abril de 2013

UNDÉCIMA REVELACIÓN DE LA 29ª CEREMONIA



Yo siempre recordaré tus piernas
más largas aún que mis deseos
la fascinación de tus ojeras depravadas
la voluptuosidad de apoyar mi navaja
sobre tus senos

independizados del tiempo
dueños de la libertad suprema
tus cabellos invadían los muros
músicas lejanas echaban raíces entre nosotros
la humanidad toda se emocionaba

tu rostro expresaba una mortal lascivia
de tu boca goteaban desiertos hirvientes
y las moscas devoraban tus ojos vidriosos
y mis manos al acariciarte
sangraban

yo siempre recordaré la hoguera de tus piernas
y la inmensa llanura de tu vientre
abierto vorazmente
hacia el horizonte

Juan José Ceselli

martes, 23 de abril de 2013

Espera

Y tú me dices
que tienes los pechos vencidos de esperarme,
que te duelen los ojos de tenerlos vacíos de mi cuerpo,
que has perdido hasta el tacto de tus manos
de palpar esta ausencia por el aire,
que olvidas el tamaño caliente de mi boca.

Y tú me lo dices que sabes
que me hice sangre en las palabras de repetir tu nombre,
de golpear mis labios con la sed de tenerte,
de darle a mi memoria, registrándola a ciegas,
una nueva manera de rescatarte en besos
desde la ausencia en la que tú me gritas
que me estás esperando.

Y tú me lo dices que estás tan hecha
a este deshabitado ocio de mi carne
que apenas sí tu sombra se delata,
que apenas sí eres cierta
en esta oscuridad que la distancia pone
entre tu cuerpo y el mío.

 José Manuel Caballero Bonald



lunes, 22 de abril de 2013

Misterio de la noche

Misterio de la noche
es no verte, no saberte.
Que si yo me acerco
no me veas ni sepas
y al acercarte tú
te mires en la nada de mi nada
y seamos sólo ausencia y sorpresa
de nosotros mismos


Noel Luna

sábado, 20 de abril de 2013

Fusión


Mi alma en torno a tu alma se ha hecho
un nudo apretado y sombrío.
Cada vuelta del lazo sobre humano
se hace raíz, para afianzarse hondo,
y es un abrazo inacabable y largo
que ni la muerte romperá. ¿No sientes
cómo me nutro de tu misma sombra?
Mi raíz se ha trenzado a tus raíces
y cuando quieras desatar el nudo,
sentirás que te duele en carne viva
y que en mi herida brota sangre tuya.!
Y con tus manos curarás la llaga
¡y ceñirás más apretado el nudo!

Juana de Ibarbourou, 

jueves, 18 de abril de 2013

Ausencia de la rosa



Detenida
En el río translúcido
Del viento,
Por otro nombre, amor,
La llamaría
El corazón.

Nada queda en el sitio
De su perfume. Nadie
Puede creer, creería,
Que aquí estuvo la rosa
En otro tiempo.
Sólo yo sé que si la mano
Deslizo por el aire, todavía
Me hieren sus espinas. 

Meira Delmar

martes, 16 de abril de 2013

Cuando amanezca



Cuando amanezca iré a contarte historias,
me acercaré a tu oído,
sonreiré con fuerza
y empezaré a decirte que he estado
muy perdida,
deshojando afectos
que ya no están aquí.
Cuando amanezca iré a decir tu nombre
a dibujar tu rostro,
a regalarte versos
que antes sólo vivían en penumbras.

Cuando amanezca quiero acariciarte
y contemplar las olas
que casi había olvidado,
transformar mis palabras en susurros
como una caracola
a la orilla del mar.

Cuando amanezca quiero hablar del tiempo,
de miedos que interrogan a las flores
cuando las ven marchitas;
pero también te diré
que ya tengo ilusiones
que apuntalan mi vida.

Eso te lo diré cuando amanezca.
De momento me envuelvo con la noche. 

María Ángeles Chavarría

domingo, 14 de abril de 2013

Te descubro

El silencio envuelve las palabras para poder oírte...
Y te descubro.
Te descubro en la música del agua,
en el jugo de moras de tu boca
y en la hiel que expulsas gota a gota, eco a eco...
Voy a soñar con un leve roce de tus labios
y que mi piel se eriza en el contacto.
Para sacarte el corazón me basta sólo un beso.
Deja las dentelladas para luego,
ya vendrá la pasión en remolino a bebernos el alma
y entonces mi melena reflejará más clara el sol teñido.
No quiero que me olvides, sigue pensando en mí,
pero abrigado en el hueco de mis manos.
Y si tú crees en lo que nace,
yo creo en ti y es suficiente.
Mientras tenga tu pecho para llorar
y puedas tú acariciar mis cabellos,
nada ni nadie podrá hacernos daño.
 

Inma Arrabal

viernes, 12 de abril de 2013

Te reservo


Te tengo reservada la esfera soleada de la casa
con algunos muñecos impacientes
y otros juegos dormidos en sus cajas.

Te reservo ese espacio pensado en cada palmo
tan sólo para ti,
para que allí descubras cada día
tus propias ilusiones.

Te reservo un sendero, una montaña,
una playa de alegres contoneos,
un parque en esa tarde amarillenta,
sonrosada, naranja,
verde-azul,
jaranera.

Te tengo reservado un barco de papel
en mi regazo,
un tren hecho con viajes invisibles,
con trozos de historietas,
con idas y venidas para encontrar tu nombre
en los vagones.

Te tengo reservado mi abrazo,
mis caricias,
mi escondite de paja,
mi nube,
mis vivencias.

Te reservo la escucha intermitente,
lecturas que despiertan horizontes,
canciones y cometas.

Te reservo expresiones contagiosas,
nacidas sin complejos,
para hacerte reír y encender esa fiesta
que llevas dentro.

María Ángeles Chavarría


miércoles, 10 de abril de 2013

Cuando llegues


Hoy he estado pensando en cuando llegues.

Te enseñaré a dar besos con los ojos,
a cantar al presente y al futuro,
a bailar las canciones del verano,
a escribir garabatos en cuadernos,
a sonreír sin miedo cada día...

Te explicaré la sencillez del mundo
con mis limitaciones
porque habrá mil preguntas
que no siempre hallarán una respuesta,
pero lo intentaré.

Por ti entraré en las sendas de los interrogantes.
Por ti colorearé con ceras diminutas.
Por ti seré la niña que guardo en mi interior.
Por ti seré la adulta cuando lo necesites.
Por ti siempre seré la madre que te arropa,
la madre que te riñe,
la madre que se asombra ante tus maravillas,
la madre que te abraza,
la madre que te quiere sin reservas.

Pasearemos juntas por las calles,
prenderemos instantes junto a la ropa húmeda,
jugaremos hasta estallar de risa,
hasta que las cosquillas de la felicidad
nos inflamen las venas.

Aprenderé de nuevo a conocerte
y estaré muy cerquita
para que tú comprendas
lo que siento,
para que me conozcas
tú también.

Las dos desde el principio,
poco a poco,
porque el tiempo estará
de nuestra parte.
María Ángeles Chavarría





lunes, 8 de abril de 2013

Petición


Visteme de amor
que estoy desnuda;
que estoy como ciudad
-deshabitada-
sorda de ruidos,
tiritando de trinos,
reseca hoja quebradiza de marzo.
Rodeame de gozo
que no nací para estar triste
y la tristeza me queda floja
como ropa que no me pertenece.
Quiero encenderme de nuevo
olvidarme del sabor salado de las lágrimas
-los huecos en los lirios,
la golondrina muerta en el balcón-.
Volver a refrescarme de brisa risa,
reventada ola
mar sobre las peñas de mi infancia,
astro en las manos,
linterna eterna del camino hacia el espejo
donde volver a mirarme
de cuerpo entero,
protegida
tomada de la mano,
de la luz,
de grama verde y volcanes;
lleno mi pelo de gorriones,
dedos reventando en mariposas
el aire enredado en mis dientes,
retornando a su orden
de universo habitado por centauros.
Vestime de amor
que estoy desnuda.

Gioconda Belli 

sábado, 6 de abril de 2013

Quererlo todo


Todo, porque los sentimientos a medias
no merecen la pena,
porque ando descalza de lluvias
por no conformarme nunca
con un camino marchito.
Todo, porque la prolongación de mi ser
sigue adelante sola
a pesar del paisaje no visible,
a pesar de tener ojos mojados
por un humo vestido de tiniebla.
Todo, porque vale la pena querer todo,
y ser hasta la médula del viento,
y recorrer los días
y navegar las noches
y esperar las mañanas.
Todo, porque nadar a medias es ahogarse
y la canción a medias nos va dejando helados;
porque el volcán se enciende
mientras el mundo avanza,
mientras los años pasan lentamente
o pasan muy deprisa,
mientras se van sumando los recuerdos
hasta inmovilizar nuestro futuro,
mientras nos damos cuenta,
con la arruga en la piel,
que todo es risa y llanto,
porque también las lágrimas
son parte de la vida.  

María Ángeles Chavarría

jueves, 4 de abril de 2013

III

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toda la noche me paso entre mis huesos cuidándote
toda la noche puliendo tu sombra con un filo de luna
aquí así untada a mi sudor
a mi aliento y mis oquedades
toda la noche cuidándote
toda la noche el abrazo del abismo
tu bellísimo nombre cortando los labios.

Rafael Vargas

martes, 2 de abril de 2013

Dime mujer dónde escondes

Dime mujer dónde escondes tu misterio
mujer agua pesada volumen transparente
más secreta cuando más te desnudas
cuál es la fuerza de tu esplendor inerme
tu deslumbrante armadura de belleza
dime no puedo ya con tantas armas
mujer sentada acostada abandonada
enséñame el repos el sueño y el olvido
enséñame la lentitud del tiempo
mujer tú que convives con tu ominosa carne
como junto a un animal bueno y tranquilo
mujer desnuda frente al hombre armado
quita de mi cabeza este casco de ira
cálmame cúrame tiéndeme sobre la fresca tierra
quítame este ropaje de fiebre que me asfixia
húndeme debilítame envenena mi perezosa sangre
mujer roca de la tribu desbandada
descíñeme estas mallas y cinturones de rigidez y miedo
con que me aterro y te aterro y nos separa
mujer oscura y húmeda pantano edénico
quiero tu ancha olorosa robusta sabiduría
quiero volver a la tierra y sus zumos nutricios
que corren por tu vientre y tus pechos y que riegan tu carne
quiero recuperar el peso y la rotundidad
quiero que me humedezcas me ablandes me afemines
para entender la feminidad la blandura húmeda del mundo
quiero apoyada la cabeza en tu regazo materno
traicionar al acerado ejército de los hombres
mujer cómplice única terrible hermana
dame la mano volvamos a inventar el mundo los dos solos
quiero no apartar nunca de ti los ojos
mujer estatua hecha de frutas paloma crecida
déjame siempre ver tu misteriosa presencia
tu mirada de ala y de seda y de lago negro
tu cuerpo tenebroso y radiante plasmado de una vez sin titubeos
tu cuerpo infinitamente más tuyo que para mí el mío
y que entregas de una vez sin titubeos sin guardar nada
tu cuerpo pleno y uno todo iluminado de generosidad
mujer mendiga pródiga puerto del loco Ulises
no me dejes olvidar nunca tu voz de ave memoriosa
tu palabra imantada que en tu interior pronuncias siempre desnuda
tu palabra certera de fulgurante ignorancia
la salvaje pureza de tu amor insensato
desvariado sin freno brutalizado enviciado
el gemido limpísimo de la ternura
la pensativa mirada de la prostitución
y la clara verdad cruda
del amor que sorbe y devora y se alimenta
el invisible zarpazo de la adivinación
la aceptación la comprensión la sabiduría sin caminos
la esponjosa maternidad terreno de raíces
mujer casa del doloroso vagabundo
dame a morder la fruta de la vida
la firme fruta de luz de tu cuerpo habitado
déjame recostar mi frente aciaga
en tu grave regazo de paraíso boscoso
desnúdame apacíguame cúrame de esta culpa ácida
de no ser siempre armado sino sólo yo mismo.

Tomás Segovia