miércoles, 30 de octubre de 2013

Mientras tú duermes


Envejecía el mundo sin que yo la advirtiera
todas las calles eran la misma calle
mil veces recorrida hacia ningún lugar,
todos los libros hablaban de lo mismo
y en la obscena pantalla del insomnio
memoria y deseo fornicaban sin ganas,
un solo día gris era mi vida,
un eterno domingo sin nadie,
amarillentas páginas de una vacua novela
con un final previsto que no será feliz.

Todo en el mundo era viejo y cansado
llegaste tú, cuando el azar te puso,
pedir permiso, a caminar conmigo.
¿Por cuánto tiempo? Un día, un mes, un año,
una eternidad o un relámpago. El plazo sería breve
aunque infinito fuera.

Después de andar, reír, beber en compañía,
esta noche de agosto duermes a mi lado
mientras yo sueño sin poder dormir.
Hay envidia en mis ojos, no deseo
(o más envidia que deseo). Quede
el jardín negligente de tus labios
para quien tema menos el peso de la dicha.
No es tu joven sexo lo que quiero.
Sólo quiero, por un instante solo,
mirar la noche con tus ojos niños.
El mundo vuelve a estar recién creado
si me dejas mirarlo con tus ojos.

JOSÉ LUIS GARCÍA MARTÍN  

lunes, 28 de octubre de 2013

Amor...



Vuelves a mí como la luna de noviembre.
Diamante en el color de naranja inmadura,
inmerso en un azul de noche sin distancia.

Vuelves aleteando recuerdos, cenizas sepultadas
en la profundidad de los volcanes. Poemario
sofocado entre rabias y penas y cansancio.

Regresas entre líricos versos sin destino,
con el aliento triste y resignado
del que se sabe preso de otro aliento
imprudente, prohibido, sin reclamos.

Yo me sé pasajera de tu barco sin rumbo.
Tú te sabes huracán de mi calma y mi noche.

Te miraré en la luna, lima limón, inmadura naranja.
Recoge tú la espuma de las olas nocturnas
que hecha espuma, me esconderé en tus manos.

FANNY GARBINI TÉLLEZ     

sábado, 26 de octubre de 2013

Al filo de la mañana


En una cama en penumbras,
   hay dos cuerpos tendidos.
Respiran y libremente fluyen
   como el agua muy pura.
Uno al otro se vuelven, y vagan remotos
   por sus propias llanuras.
Sin relojes ni prisas, habitantes de sueños
   que no logran compartir,
y ambos sienten su lejanía, y al sentirla
   se palpan con la mirada.
   Luego acuden las manos buscadoras,
dos manos que en la cama forman algo distinto,
   algo que no les pertenece, y abre
un espacio sin dueño, vivo organismo
latiendo desprendido en un enlace efímero.
Diez dedos como diez ojos quieren trazar un puente,
   por el que nadie pasa ni pasar puede.
La luz del mundo duda todavía en comenzar,
   y sólo es cierto, y quizá real,
el calor inseguro de sus cuerpos tendidos.

ANTÓN ARRUFAT   

jueves, 24 de octubre de 2013

EL BESO


¡Tus labios en mis ojos!
Qué dulzura de estrellas alisa lentamente
mis párpados caídos...
Nada existe del mundo. Sólo siento tu boca
y el temblor de mi espíritu hecho carne de luz.
Sé cruel al besarme. Desgarra mis pupilas
y arranca de su sombra la lumbre de mi sueño.
Con ella te daré mi última mirada.
¡Abrásame los ojos! Que el peso de tus labios
despoje mi horizonte de lo que tú no has visto.
Quiero olvidarlo todo y anularme en la niebla
que ciñen tus caricias.


ERNESTINA DE CHAMPOURCIN

domingo, 20 de octubre de 2013

¿Y si el día no fuera?

¿Y si el día no fuera
un perro mojado de rocío?
Pudiera ser un perro
tumbado tripa arriba
en la solana de tu sonrisa
o tal vez lamiéndote los ojos.
Me gusta que el día
se adentre en mí
como tu voluntad se abre paso
entre mis pechos
y ancla, después,
como un barco sin rumbo,
entre mis muslos
que se abren como una ensenada
en medio de la mayor tormenta
que nos habita hoy.

Begoña Abad

viernes, 18 de octubre de 2013

Se derrama tu orgasmo por mis piernas

Se derrama tu orgasmo por mis piernas
como mana la fuente de la vida que bebes y que acabas.
Se derrama caliente, como todo tu cuerpo sobre el mío,
se derrama el deseo y me asfixia al crecer.
No te vayas aún, no te levantes,
no me quites el peso de tu vientre,
no te lleves el roce de tu mano
ni me arranques tu risa, ni apartes tu mirada.

Amor, por un instante, deja tu peso en mí.

Beatriz Gimeno

miércoles, 16 de octubre de 2013

Lugar de encuentro

Acostarme y subir las escaleras
que me llevan derechas a tus brazos
y después ya veremos lo que pasa,
porque hay noches que el sueño se desvela
y tardan tus manos en llegarme
y no me quitas la ropa en el rincón
y no me besas la boca con carmín.
Cuando eso ocurre, yo me desespero
y llamo a urgencias en los hospitales
de tus ojos vacíos que, ayer noche,
me he encontrado tirados en la esquina
de la calle donde siempre han vivido:
en el portal que da paso a mis pechos
y una cuarta debajo de mi ombligo.



Begoña Abad

jueves, 10 de octubre de 2013

Poema del loco amor


No, nada llega tarde, porque todas las cosas
tienen su tiempo justo, como el trigo y las rosas;
sólo que, a diferencia de la espiga y la flor,
cualquier tiempo es el tiempo de que llegue el amor.
No, Amor no llega tarde. Tu corazón y el mío
saben secretamente que no hay amor tardío.
Amor, a cualquier hora, cuando toca a una puerta,
la toca desde adentro, porque ya estaba abierta.
Y hay un amor valiente y hay un amor cobarde,
pero, de cualquier modo, ninguno llega tarde.


José Ángel Buesa

martes, 8 de octubre de 2013

Poema del amor pequeño


Fue breve aquella noche. Fue breve, pero bella.
Poca cosa es el tiempo, que es también poca cosa,
porque nadie ha sabido lo que dura una estrella
aunque todos sepamos lo que dura una cosa.

Nuestro amor de una noche fue un gran amor pequeño
que rodó por la sombra como un dado sin suerte,
pero nadie ha sabido lo que dura un ensueño
aunque todos sepamos lo que dura la muerte.

Una noche es eterna para el que no la olvida,
y el tiempo nada importa para el sueño y la flor,
y, como nadie sabe lo que dura la vida,
nadie sabe tampoco lo que dura el amor.

José Ángel Buesa

domingo, 6 de octubre de 2013

Poema de las cosas

Quizás estando sola, de noche, en tu aposento
oirás que alguien te llama sin que tú sepas quién,
y aprenderás entonces, que hay cosas como el viento
que existen ciertamente, pero que no se ven...
Y también es posible que una tarde de hastío
como florece un surco, te renazca un afán,
y aprenderás entonces que hay cosas como el río
que se están yendo siempre, pero que no se van...
O al cruzar una calle, tu corazón risueño
recordará una pena que no tuviste ayer
y aprenderás entonces que hay cosas como el sueño,
cosas que nunca han sido, pero que pueden ser...
Por más que tú prefieras ignorar estas cosas
sabrás por qué suspiras oyendo una canción
y aprenderás entonces que hay cosas como rosas,
cosas que son hermosas, sin saber que lo son...
Y una tarde cualquiera, sentirás que te has ido
y un soplo de ceniza regará tu jardín,
y aprenderás entonces, que el tiempo y el olvido
son las únicas cosas que nunca tienen fin.

                                       
  Jose Ángel Buesa  

viernes, 4 de octubre de 2013

En tu propia mano me diste de comer

En tu propia mano me diste de comer
-como a los pájaros-
pan y queso con aroma de hinojo, anís, matalahúva.
Acercaste el cáliz a mi boca
y yo lo recibí como si un hambre inmortal me delatara.
Estrené falda nueva, zapatos de tacón, trenzas de oro.
Y luego fui al olvido.

(Pero siempre lo supe:

que nada amaba tanto
y no habría camino más largo
que el de quererte a solas.) 

Elsa López

miércoles, 2 de octubre de 2013

Ya he probado las prisas


Ya he probado las prisas
el sexo expres y los amores precipitados
la abolicion de los preliminares
los ombligos pasajeros
los te quiero a primera vista
los cuerpos fugaces
las bodas en las vegas
las cremalleras atropelladas
me enamore de desconocidas
y las desquise a contrarreloj.

Ya no quiero eso.
Necesito un amor a fuego lento.

Marwan