jueves, 28 de marzo de 2019

Venga, dímelo




Dime que soy
la más hermosa y después dime,
sin cambiar el gesto,
que soy la más fea
y la más sucia
de las mujeres que has amado,
de las que todavía amas.
Dime que soy el alfa y el omega
de tus deseos,
que en ese arco, en ese
espacio,
cabe todo lo que somos,
dime que no me dejarás nunca
y después dime
que ya te has ido,
que eso que acaricio
es sólo tu sombra,
que te abrazo como niños de orfanatos
se agarran a un peluche descosido
y se consuelan pero saben
que la tela es tela,
y la almohada lo que aprieto entre mis piernas.

Dime que me necesitas
y te ahogas si no estoy,
y que podrías vivir sin mí, que no recordarías
el día, ni la hora a la que salí de casa,
dime que mis ojos azules
son hermosamente negros,
dime qué vamos a hacer,
qué voy a hacer para no enmohecernos
en un cariño tranquilo,
como un perro que bosteza
frente a la chimenea.

martes, 26 de marzo de 2019

Besarte no es amor, es irte oliendo





Besarte no es amor, es irte oliendo
igual que huele el macho a su collera;
es saberte paloma mensajera
al gavilán las alas abatiendo.
Besarte no es amor, es ir pidiendo
besana donde hundir mi sementera;
es ser igual que el toro en la pradera
huyendo de la hembra y embistiendo.
Igual que el ciervo oculta el baluarte
donde el celo resiste y le reclama,
así mi boca llega hasta tu boca.
Porque besarte entonces, no es besarte.
Es dejar en los labios la proclama
donde la sangre asusta de tan loca.

Ángel García López

domingo, 24 de marzo de 2019

Esa flor instantánea



Miedo a perderse ambos,
vivir el uno sin el otro:
miedo a estar alejados
en el viento de la niebla,
en los pasos del día,
en la luz del relámpago,
en cualquier parte. Miedo
que les hace abrazarse,
unirse en este aire
que ahora juntos respiran.
Y se buscan y buscan
esa flor instantánea
que cuando se consigue
se deshace en un soplo
y hay que ir a encontrar otras
en el jardín umbrío.
Miedo; bendito miedo
que propicia el deseo
la agonía y el rapto,
de los que mueren juntos
y resucitan luego.

 José Agustín Goytisolo

viernes, 15 de marzo de 2019

PECADO GENIAL


Te besara
recorriera y lamiera
de punta a punta a flor de piel
te habitara y mordiera
feroz humanamente loco
en la más alta sima
de tu cadera alpina
quemándome de tanta inmensidad
de insaciable lascivia
con los dientes amándote
sacándote la música del cuerpo
alaridos y llamas
reventando tus cuerdas
desnudándote más
hasta dar con tu cuerpo
el más oscuro y puro
parirte un sol adentro
mi pecado genial


ALFONSO QUIJADA URIAS

martes, 12 de marzo de 2019

En tu sonrisa




Ya empieza tu sonrisa,
como el son de la lluvia en los cristales.
La tarde vibra al fondo de frescura,
y brota de la tierra un olor suave,
un olor parecido a tu sonrisa,
y a mover tu sonrisa como un sauce
con el aura de abril; la lluvia roza
vagamente el paisaje,
y hacia adentro se pierde tu sonrisa,
y hacia dentro se borra y se deshace,
y hacia el alma me lleva,
desde el alma me trae,
atónito, a tu lado.
Ya tu sonrisa entre mis labios arde,
y oliendo en ella estoy a tierra limpia,
y a luz, y a la frescura de la tarde
donde brilla de nuevo el sol, y el iris,
movido levemente por el aire,
es como tu sonrisa que se acaba
dejando su hermosura entre los árboles...

Leopoldo Panero

domingo, 10 de marzo de 2019

Soneto


Te vi de pie, desnuda y orgullosa
y bebiendo en tus labios el aliento,
quise turbar con infantil intento
tu inexorable majestad de diosa.

Me prosternó a tus plantas el desvío
y entre tus piernas de marmórea piedra,
entretejí con besos una hiedra
que fue subiendo al capitel sombrío.

Suspiró tu mutismo brevemente,
cuando en la sed del vértigo ascendente
precipité el final de mi delirio;

y del placer al huracán tremendo,
se doblegó tu cuerpo como un lirio

y sucumbió tu majestad gimiendo.

Rubén Martínez Villena

viernes, 8 de marzo de 2019

Besarte es soñar


Sí, besarte es soñar. Y acariciarte,
rozar, sorber el cielo más hermoso.
Pero si el tiempo puede, al arrancarte
tu belleza, tornar en doloroso
recuerdo aquel mirar enajenado,
aquel beso ardentísimo, aquel fuego,
volcán de amor, y aquel dulce sosiego
que sigue al jadear ebrio y callado,
¿Cómo sentir ligera, alada, pura
la dicha del amor, si está ya herida
por el mal que vendrá, nube de muerte,
tiempo ya gris que empaña la hermosura
cuando empieza a dar fruto, y más erguida
arde su luz, y duele más perderte?

José Luis Cano




miércoles, 6 de marzo de 2019

MADRE NATURALEZA


Cuerpo de mujer desnuda
que acaricia el viento.
Voluptuosa tempestad
que agita la imaginación
desoyendo al pensamiento.
Danzó tu exquisita figura
encandilando la pasión
que se adentra en tu pecho
buscando la ternura
en el remanso de tu vientre.
Remontaste el vuelo
del pájaro en tu montaña.
Tu cause se alborotó
como un río y de tu seno brotó
la sabia de la vida.
La ternura está allí,
en la madre naturaleza,
en tu cuerpo
de mujer desnuda.


HUGO RAMIREZ ALCOCER