miércoles, 29 de octubre de 2008

TE BUSCO

Sola yo, amor,
y vos quién sabe dónde;
tu recuerdo me mece como al maíz el viento
y te traigo en el tiempo,
recorro los caminos,
me río a carcajadas
y somos los dos juntos
otra vez,
junto al agua.
Y somos los dos juntos
otra vez,
bajo el cielo estrellado
en el monte,
de noche.
Yo, amor, he aprendido a coser con tu nombre,
voy juntando mis días, mis minutos, mis horas
con tu hilo de letras.
Me he vuelto alfarera
y he creado vasijas para guardar momentos.
Me he soltado en tormenta
y trueno y lloro de rabia por no tenerte cerca,
en viento me he cambiado,
en brisa, en agua fresca
y azoto, mojo, salto
buscándote en el tiempo
de un futuro que tiene
la fuerza de tu fuerza.


Gioconda Belli

lunes, 27 de octubre de 2008

Ás veces fáltannos palabras/ A veces nos faltan palabras

Ás veces fáltannos palabras
e ás veces sóbrannos.

Ás veces fáltanos o tempo de dicilas
e ás veces pásanos o tempo de calalas.

Ás veces precisamos o que xa temos
e ás veces desbotamos o alleo como se fora noso.

Ás veces mentimos inxustamente
e ás veces facemos da lei unha verdade fedorenta.

Ás veces temos boca para selar un segredo
e ás veces fáltannos oídos para aceptar a evidencia.

Ás veces un día ten 24 horas
e ás veces unha hora agocha 24 días.

Ás veces dígoche que te quero coa boca soterrada
e ás veces a terra ignora os adverbios que nos afastan.

Ás veces digo que si porque non son eu
e ás veces non son quen de negarcho.

Ás veces a choiva esvara polos meus versos ata dar cos teus ollos
e ás veces as bágoas encoradas na memoria
asulagan as terras ermas do que che escribo.

Ás veces chámote co meu nome
e ás veces contestas dende o silencio que me reclama.

Ás veces es ti mesma
e ás veces non sei quen son se ti me faltas.

***

A veces nos faltan palabras
y a veces nos sobran.

A veces nos falta tiempo para decirlas
y a veces se nos pasa el tiempo de callarlas.

A veces necesitamos aquello que ya tenemos
y a veces desechamos lo ajeno como si fuera nuestro.

A veces mentimos injustamente
y a veces hacemos de la ley una verdad apestosa.

A veces tenemos boca para sellar un secreto
y a veces nos faltan oídos para aceptar la evidencia.

A veces un día tiene 24 horas
y a veces una hora esconde 24 días.

A veces digo quererte con la boca enterrada
y a veces la tierra ignora los adverbios que nos separan.

A veces digo que sí porque no soy yo
y a veces no soy nadie para negarlo.

A veces la lluvia se escurre por mis versos hasta encontrar tus ojos
y a veces las lágrimas que retiene la memoria
anegan las tierras yermas de lo que escribo.

A veces te llamo con mi nombre
y a veces respondes desde el silencio que me reclama.

A veces eres tú misma
y a veces no sé quién soy si tú me faltas.

Baldo Ramos

domingo, 26 de octubre de 2008

AL CABO DEL TIEMPO

Al cabo del tiempo
volvió de nuevo a visitarme.
Hablamos y bebimos de todas las botellas,
revivimos las huellas
de aquellos amores pasados y presentes,
los sueños y las voces que perdimos
en los ecos sonoros de la memoria.
Revisamos los años con los dedos,
los huecos de las casas y las cosas,
los errores y amigos cometidos,
las frases a destiempo
y las risas rodadas por la alfombra.
La madrugada entonces inundó las sábanas.
Terminé por contarle los últimos relatos que leí
y al fin
se me durmió en los brazos
abrigada tan sólo
por la cálida chaqueta de mi piel...

Rafael de Cózar

sábado, 25 de octubre de 2008

SENCILLOS DESEOS

Hoy quisiera tus dedos
escribiéndome historias en el pelo,
y quisiera besos en la espalda,
acurrucos, que me dijeras
las más grandes verdades
o las más grandes mentiras,
que me dijeras por ejemplo
que soy la mujer más linda,
que me querés mucho,
cosas así, tan sencillas, tan repetidas,
que me delinearas el rostro
y me quedaras viendo a los ojos
como si tu vida entera
dependiera de que los míos sonrieran
alborotando todas las gaviotas en la espuma.
Cosas quiero como que andes mi cuerpo
camino arbolado y oloroso,
que seas la primera lluvia del invierno
dejándote caer despacio
y luego en aguacero.
Cosas quiero, como una gran ola de ternura
deshaciéndome un ruido de caracol,
un cardumen de peces en la boca,
algo de eso frágil y desnudo,
como una flor a punto de entregarse
a la primera luz de la mañana,
o simplemente una semilla, un árbol,
un poco de hierba.

Gioconda Belli

viernes, 24 de octubre de 2008

POCAS COSAS

En este mundo hay tan poquitas cosas
capaces de endulzarle a uno la vida /
digamos la esperanza amanecida
o la lluvia que brilla en las baldosas

me gusta la constancia de las rosas
que nunca dan su espina por perdida
y también la tristeza repetida
de las palmas tan solas y orgullosas

pero no hay nada tan profundo y leve
como el alma y el vértigo y los labios
de esa mujer que al verla nos conmueve

para ser alguien entre cielo y suelo
y salvarse del odio y sus resabios
nada como el amor y su consuelo

MARIO BENEDETTI

DE AMOR CORTÉS

¡Oh Dios, oh Dios, el alba! ¡Qué pronto viene!
Fragmento de un alba del sigloXV



Me has amado otra vez, tan delicadamente
-pueden también las fieras usar de cortesía-,
me has desnudado el cuerpo, aunque estaba desnuda,
abriéndome la piel con la boca y las uñas.

Es hermoso el dolor, doloroso el deseo,
tú más hermoso aún, más hiriente por tanto,
y es hermoso tenerte entre sangre y saliva,
apretado y caliente, hambriento todavía.

Quieran Dios y la Carne firmar una alianza,
que se alargue la noche más allá de la noche,
que se apague el lucero que anuncia la alborada
por que sólo amanezca debajo de las sábanas.


Josefa Parra

jueves, 23 de octubre de 2008

WHERE IS MY MAN

Nunca te tengo tanto como cuando te busco
sabiendo de antemano que no puedo encontrarte.
Sólo entonces consiento estar enamorada.
Sólo entonces me pierdo en la esmaltada jungla
de coches o tiovivos, cafés abarrotados,
lunas de escaparates, laberintos de parques
o de espejos, pues corro tras de todo
lo que se te parece.
De continuo te acecho.
El alquitrán derrite su azabache,
es la calle movible taracea
de camisas y niquis, sus colores comparo
con el azul celeste o el verde malaquita
que por tu pecho yo desabrochaba.
Deliciosa congoja si creo reconocerte
me hace desfallecer: toda mi piel nombrándote,
toda mi piel alerta, pendiente de mis ojos.
Indaga mi pupila, todo atisbo comprueba,
todo indicio que me conduzca a ti,
que te introduzca al ámbito donde sólo tu imagen
prevalece y te coincida y funda,
te acerque, te inaugure y para siempre estés.

Ana Rossetti

martes, 21 de octubre de 2008

RECORRIÉNDOTE

Quiero morder tu carne,
salada y fuerte,
empezar por tus brazos hermosos
como ramas de ceibo,
seguir por ese pecho con el que sueñan mis sueños
ese pecho-cueva donde se esconde mi cabeza
hurgando la ternura,
ese pecho que suena a tambores y vida continuada.
Quedarme allí un rato largo
enredando mis manos
en ese bosquecito de arbustos que te crece
suave y negro bajo mi piel desnuda
seguir después hacia tu ombligo
hacia ese centro donde te empieza el cosquilleo,
irte besando, mordiendo,
hasta llegar allí
a ese lugarcito
-apretado y secreto-
que se alegra ante mi presencia
que se adelanta a recibirme
y viene a mí
en toda su dureza de macho enardecido.
Bajar luego a tus piernas
firmes como tus convicciones guerrilleras,
esas piernas donde tu estatura se asienta
con las que vienes a mí
con las que me sostienes,
las que enredas en la noche entre las mías
blandas y femeninas.
Besar tus pies, amor,
que tanto tienen aun que recorrer sin mí
y volver a escalarte
hasta apretar tu boca con la mía,
hasta llenarme toda de tu saliva y tu aliento
hasta que entres en mí
con la fuerza de la marea
y me invadas con tu ir y venir
de mar furioso
y quedemos los dos tendidos y sudados
en la arena de las sábanas.

Gioconda Belli

lunes, 20 de octubre de 2008

CANCIÓN PARA FRANQUEAR LA SOMBRA

Un día nos veremos
al otro lado de la sombra del sueño.
Vendrán a ti mis ojos y mis manos
y estarás y estaremos
como si siempre hubiéramos estado
al otro lado de la sombra del sueño.

José Ángel Valente

domingo, 19 de octubre de 2008

ÓYEME ASÍ, COMO AL DESCUIDO...

Óyeme así, como al descuido.
No te des mucha cuenta.
Quiero contarte que te quiero,
sin decírtelo nunca.
Quiero besarte suavemente,
como te besa el agua
de la lluvia.
Así, muy quedamente,
sin que escuches siquiera
su gemido.
Quiero que me ames
a pesar de ti mismo.
Que me ames lentamente
y enciendas todo el fuego
que arde en mí para ti,
definitivo.

Renata Durán

viernes, 17 de octubre de 2008

Quédate

Quédate
como se quedan las estrellas
prendidas en la nada.
Quédate
como se queda el olor
de la hierba
sobre la piel de los que aman.
Quédate
como se queda la luz
del sol
en mis pupilas.
Quédate
como me quedo yo
cuando te marchas.

Aída Elena Párraga

lunes, 13 de octubre de 2008

LA VOZ DEL VIENTO

Búscame en ti. La flecha de mi vida
ha clavado sus rumbos en tu pecho
y esquivo entre tus brazos el acecho
de las cien rutas que mi paso olvida.

Despójame del ansia desmedida
que abrasaba mi espíritu en barbecho.
El roce de tus manos ha deshecho
la audacia de mi frente envanecida.

Navegaré en tus pulsos. Dicha inerte
del silencio total. Ávida muerte
donde renacen, tuyos, mis sentidos.

Ahoga entre tus labios mi tristeza,
y esta inquietud punzante que ya empieza
a taladrar mi sien con sus latidos.

ERNESTINA DE CHAMPOURCÍN

jueves, 9 de octubre de 2008

Una mujer desnuda y en lo oscuro

Una mujer desnuda y en lo oscuro
tiene una claridad que nos alumbra
de modo que si ocurre un desconsuelo
un apagón o una noche sin luna
es conveniente y hasta imprescindible
tener a mano una mujer desnuda.

Una mujer desnuda y en lo oscuro
genera un resplandor que da confianza
entonces dominguea el almanaque
vibran en su rincón las telarañas
y los ojos felices y felinos
miran y de mirar nunca se cansan.

Una mujer desnuda y en lo oscuro
es una vocación para las manos
para los labios es casi un destino
y para el corazón un despilfarro
una mujer desnuda es un enigma
y siempre es una fiesta descifrarlo.

Una mujer desnuda y en lo oscuro
genera una luz propia y nos enciende
el cielo raso se convierte en cielo
y es una gloria no ser inocente
una mujer querida o vislumbrada
desbarata por una vez la muerte.

Mario Benedetti