NO sé qué dulzura vierte
tu soledad. Hay un eco
de rosas que nunca tuve
junto al rumor de tu pecho.
Es como el canto de un pájaro
que se recoge y en su vuelo
va despertando en el aire
lirios, cristales, luceros.
Sigo escuchando en tu pecho
no sé qué voz. Hoy el viento
es como un ángel que pasa
Con los labios entreabiertos.
Ricardo Peña