Hagamos un poema,
con tu piel
y mis labios
con la brisa de noviembre
y los aguaceros de junio.
Pintemos de pájaros
y madrugadas
nuestras espaldas sudorosas.
Amamantemos nuestra sed
con el crepúsculo
tímido y solitario
que se corona de lunas
desparramadas
en las gotas
de los inviernos.
SUSANA REYES
"...amo una maravillosa estatua mutilada; un texto no terminado, un fragmento de cielo inscrito en la ventana de la vida". Julio Cortázar
jueves, 25 de febrero de 2010
viernes, 19 de febrero de 2010
ESCREVO O QUE VEJO/ESCRIBO LO QUE VEO
Escrevo o que vejo, mas também
vejo o que escrevo. E no teu rosto,
o que vejo são as palavras que
nascem dos teus olhos, quando
os abres, e toda a luz do mundo
desce pelo teu rosto, dizendo
que é manhã. Por isso as escrevo,
para que a manhã possa nascer
deste poema, através das palavras
que o teu rosto me ensina.
-------------------------------
ESCRIBO LO QUE VEO
Escribo lo que veo, pero también
veo lo que escribo. Y en tu cara
lo que veo son las palabras que
nacen de tus ojos, cuando
los abres, y toda la luz del mundo
desciende por tu rostro, diciendo
que es de mañana. Es por eso que escribo,
para que la mañana pueda nacer
de este poema, a través de las palabras
que tu rostro me enseña.
NUNO JÚDICE
vejo o que escrevo. E no teu rosto,
o que vejo são as palavras que
nascem dos teus olhos, quando
os abres, e toda a luz do mundo
desce pelo teu rosto, dizendo
que é manhã. Por isso as escrevo,
para que a manhã possa nascer
deste poema, através das palavras
que o teu rosto me ensina.
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ESCRIBO LO QUE VEO
Escribo lo que veo, pero también
veo lo que escribo. Y en tu cara
lo que veo son las palabras que
nacen de tus ojos, cuando
los abres, y toda la luz del mundo
desciende por tu rostro, diciendo
que es de mañana. Es por eso que escribo,
para que la mañana pueda nacer
de este poema, a través de las palabras
que tu rostro me enseña.
NUNO JÚDICE
miércoles, 17 de febrero de 2010
De poeta a poeta
Sabes -y sueles- hacer el amor
como el poeta construye sus versos:
con acordada mezcla
de pasión y sistema
(y no digo artificio),
de música, entusiasmo,
intuición y saber.
Precisas emociones
las transformas en ri tmo
y melodiosa fantasía
enriquece tus gestos;
sabrosa perversión
los enloquece.
Cuando estás inspirada, que es bastante a menudo,
me transportas a límites nunca antes alcanzados.
De poeta a poeta:
enhorabuena.
¿Cómo podría hacerme
con tus obras completas?
Jesús Munárriz
como el poeta construye sus versos:
con acordada mezcla
de pasión y sistema
(y no digo artificio),
de música, entusiasmo,
intuición y saber.
Precisas emociones
las transformas en ri tmo
y melodiosa fantasía
enriquece tus gestos;
sabrosa perversión
los enloquece.
Cuando estás inspirada, que es bastante a menudo,
me transportas a límites nunca antes alcanzados.
De poeta a poeta:
enhorabuena.
¿Cómo podría hacerme
con tus obras completas?
Jesús Munárriz
lunes, 15 de febrero de 2010
La amante
Soy la amante
que estrenas,
la nueva, la eterna,
la de muslos trigueños,
columnas seguras
que se abren perfectamente
para dar paso
a tu mar ancho y espeso.
Soy la de paralelas montañas,
erectas, duras,
por donde han caminado
pájaros heridos de amor.
Soy la amante nocturna,
la de noctámbulos besos,
(mis ojos, túneles profundos
donde se pierde la soledad).
Soy la de siempre, la eterna,
la que te arranca el hastío
de cada costado,
la que se tiende plácidamente,
la que se para,
la que te sorprende,
la que se quita las vestiduras
y se lava en tu río claro.
Soy la que te crucifica
con mis ojos, con mi lengua,
la que se pierde
en tu mirada lela,
la que infatigable
recorre tu cuerpo,
la que vibra con devoción
en tu silencioso mundo.
Soy ella, la eterna,
la antigua, la nueva,
la de siempre
la que se cierra
la que se abre
la de ambivalentes tardes.
Soy la que renace,
la que se abre
la que se cierra.
ORIETTA LOZANO
Soy la amante
que estrenas,
la nueva, la eterna,
la de muslos trigueños,
columnas seguras
que se abren perfectamente
para dar paso
a tu mar ancho y espeso.
Soy la de paralelas montañas,
erectas, duras,
por donde han caminado
pájaros heridos de amor.
Soy la amante nocturna,
la de noctámbulos besos,
(mis ojos, túneles profundos
donde se pierde la soledad).
Soy la de siempre, la eterna,
la que te arranca el hastío
de cada costado,
la que se tiende plácidamente,
la que se para,
la que te sorprende,
la que se quita las vestiduras
y se lava en tu río claro.
Soy la que te crucifica
con mis ojos, con mi lengua,
la que se pierde
en tu mirada lela,
la que infatigable
recorre tu cuerpo,
la que vibra con devoción
en tu silencioso mundo.
Soy ella, la eterna,
la antigua, la nueva,
la de siempre
la que se cierra
la que se abre
la de ambivalentes tardes.
Soy la que renace,
la que se abre
la que se cierra.
ORIETTA LOZANO
viernes, 12 de febrero de 2010
POESIA SENSUAL
Escribirte, escribirte, dibujarte.
Llenarte el pelo de todas las palabras detenidas,
colgadas en el aire, en el tiempo,
en aquella rama llena de flores amarillas
de cortes cuya belleza me pone los pelos de punta
cuando vengo bajando sola,
por la carretera, pensando.
Definir el misterio,
el momento preciso del descubrimiento,
el amor, esta sensación de aire comprimido
dentro del cuerpo curvo,
la explosiva felicidad que me saca las lágrimas
y me colorea los ojos, la piel, los dientes,
mientras voy volviéndome flor,
enredadera, castillo, poema,
entre tus manos que me acarician
y me van deshojando,
sacándome las palabras,
volteándome de adentro para afuera,
chorreando mi pasado,
mi infancia de recuerdos felices,
de sueños, de mar reventando contra los años,
cada vez más hermoso y más grande,
más grande y más hermoso.
Como puedo agarrar la ilusión,
empuñarla en la mano y
soltártela en la cara como una paloma feliz
que saliera a descubrir la tierra
después del diluvio;
descubrirte hasta en los reflejos más ignorados,
irte absorbiendo lentamente,
como un secante, perdiéndome,
perdiéndonos los dos,
en la mañana en la que hicimos el amor
con todo el sueño, el olor,
el sudor de la noche salada en nuestro cuerpos,
untándonos el amor,
chorreándolo en el piso
en grandes olas inmensas,
buceando en el amor,
duchándonos con el amor que nos sobra.
Llenarte el pelo de todas las palabras detenidas,
colgadas en el aire, en el tiempo,
en aquella rama llena de flores amarillas
de cortes cuya belleza me pone los pelos de punta
cuando vengo bajando sola,
por la carretera, pensando.
Definir el misterio,
el momento preciso del descubrimiento,
el amor, esta sensación de aire comprimido
dentro del cuerpo curvo,
la explosiva felicidad que me saca las lágrimas
y me colorea los ojos, la piel, los dientes,
mientras voy volviéndome flor,
enredadera, castillo, poema,
entre tus manos que me acarician
y me van deshojando,
sacándome las palabras,
volteándome de adentro para afuera,
chorreando mi pasado,
mi infancia de recuerdos felices,
de sueños, de mar reventando contra los años,
cada vez más hermoso y más grande,
más grande y más hermoso.
Como puedo agarrar la ilusión,
empuñarla en la mano y
soltártela en la cara como una paloma feliz
que saliera a descubrir la tierra
después del diluvio;
descubrirte hasta en los reflejos más ignorados,
irte absorbiendo lentamente,
como un secante, perdiéndome,
perdiéndonos los dos,
en la mañana en la que hicimos el amor
con todo el sueño, el olor,
el sudor de la noche salada en nuestro cuerpos,
untándonos el amor,
chorreándolo en el piso
en grandes olas inmensas,
buceando en el amor,
duchándonos con el amor que nos sobra.
miércoles, 10 de febrero de 2010
Tú eres sola entre las multitudes
Tú eres sola entre las multitudes
como son sola la luna
y solo el sol en el cielo.
Ayer estabas en el estadio
en medio de miles de gentes
y te divisé desde que entré
igual que si hubieras estado sola
en un estadio vacío.
Si tú estás en Nueva York,
en Nueva York no hay nadie más;
y si no estás en Nueva York,
en Nueva York no hay nadie.
Ernesto Cardenal
como son sola la luna
y solo el sol en el cielo.
Ayer estabas en el estadio
en medio de miles de gentes
y te divisé desde que entré
igual que si hubieras estado sola
en un estadio vacío.
Si tú estás en Nueva York,
en Nueva York no hay nadie más;
y si no estás en Nueva York,
en Nueva York no hay nadie.
Ernesto Cardenal
lunes, 8 de febrero de 2010
CUÁNTAS VECES, AMOR..
Cuántas veces, amor, te amé sin verte y tal vez sin recuerdo,
sin reconocer tu mirada, sin mirarte, centaura,
en regiones contrarias, en un mediodía quemante:
eras sólo el aroma de los cereales que amo.
Tal vez te vi, te supuse al pasar levantando una copa
en Angola, a la luz de la luna de Junio,
o eras tú la cintura de aquella guitarra
que toqué en las tinieblas y sonó como el mar desmedido.
Te amé sin que yo lo supiera, y busqué tu memoria.
En las casas vacías entré con linterna a robar tu retrato.
Pero yo ya sabía cómo era. De pronto
mientras ibas conmigo te toqué y se detuvo mi vida:
frente a mis ojos estabas, reinándome, y reinas.
Como hoguera en los bosques el fuego es tu reino.
Pablo Neruda
sin reconocer tu mirada, sin mirarte, centaura,
en regiones contrarias, en un mediodía quemante:
eras sólo el aroma de los cereales que amo.
Tal vez te vi, te supuse al pasar levantando una copa
en Angola, a la luz de la luna de Junio,
o eras tú la cintura de aquella guitarra
que toqué en las tinieblas y sonó como el mar desmedido.
Te amé sin que yo lo supiera, y busqué tu memoria.
En las casas vacías entré con linterna a robar tu retrato.
Pero yo ya sabía cómo era. De pronto
mientras ibas conmigo te toqué y se detuvo mi vida:
frente a mis ojos estabas, reinándome, y reinas.
Como hoguera en los bosques el fuego es tu reino.
Pablo Neruda
sábado, 6 de febrero de 2010
Poema de amor busca mujer
Poema de amor busca mujer:
sin límite de primaveras,
pero de pocos otoños.
Buena salteadora de tristezas.
Apostadora de vez en cuando a lo perdido.
Vacunada contra el imposible.
Imprescindible sonrisa a manos llenas.
Se valorará capacidad de confidencia.
Abstenerse corazones de oro,
damas de respetables costumbres,
princesas de torneadas almenas.
Se ofrece:
despacho propio en estos versos
con vistas a un aguacero de dudas.
Sueldo ninguno, pero comisión en los sueños.
Inmediata incorporación a la complicidad.
Interesadas entrar sin llamar
no sin antes haber quemado
todo tipo de referencias.
Poema de amor busca nombre de mujer.
Pedro Flores
sin límite de primaveras,
pero de pocos otoños.
Buena salteadora de tristezas.
Apostadora de vez en cuando a lo perdido.
Vacunada contra el imposible.
Imprescindible sonrisa a manos llenas.
Se valorará capacidad de confidencia.
Abstenerse corazones de oro,
damas de respetables costumbres,
princesas de torneadas almenas.
Se ofrece:
despacho propio en estos versos
con vistas a un aguacero de dudas.
Sueldo ninguno, pero comisión en los sueños.
Inmediata incorporación a la complicidad.
Interesadas entrar sin llamar
no sin antes haber quemado
todo tipo de referencias.
Poema de amor busca nombre de mujer.
Pedro Flores
jueves, 4 de febrero de 2010
Bajo tu Clara Sombra
Un cuerpo, un cuerpo solo, un sólo cuerpo
un cuerpo como día derramado
y noche devorada;
la luz de unos cabellos
que no apaciguan nunca
la sombra de mi tacto;
una garganta, un vientre que amanece
como el mar que se enciende
cuando toca la frente de la aurora;
unos tobillos, puentes del verano;
unos muslos nocturnos que se hunden
en la música verde de la tarde;
un pecho que se alza
y arrasa las espumas;
un cuello, sólo un cuello,
unas manos tan sólo,
unas palabras lentas que descienden
como arena caída en otra arena....
Esto que se me escapa,
agua y delicia obscura,
mar naciendo o muriendo;
estos labios y dientes,
estos ojos hambrientos,
me desnudan de mí
y su furiosa gracia me levanta
hasta los quietos cielos
donde vibra el instante;
la cima de los besos,
la plenitud del mundo y de sus formas.
Octavio Paz
un cuerpo como día derramado
y noche devorada;
la luz de unos cabellos
que no apaciguan nunca
la sombra de mi tacto;
una garganta, un vientre que amanece
como el mar que se enciende
cuando toca la frente de la aurora;
unos tobillos, puentes del verano;
unos muslos nocturnos que se hunden
en la música verde de la tarde;
un pecho que se alza
y arrasa las espumas;
un cuello, sólo un cuello,
unas manos tan sólo,
unas palabras lentas que descienden
como arena caída en otra arena....
Esto que se me escapa,
agua y delicia obscura,
mar naciendo o muriendo;
estos labios y dientes,
estos ojos hambrientos,
me desnudan de mí
y su furiosa gracia me levanta
hasta los quietos cielos
donde vibra el instante;
la cima de los besos,
la plenitud del mundo y de sus formas.
Octavio Paz
martes, 2 de febrero de 2010
Graal
Respiración oscura de la vulva.
En su latir latía el pez del légamo
y yo latía en ti.
Me respiraste
en tu vacío lleno
y yo latía en ti y en ti latían
la vulva, el verbo, el vértigo y el centro.
José Ángel Valente
En su latir latía el pez del légamo
y yo latía en ti.
Me respiraste
en tu vacío lleno
y yo latía en ti y en ti latían
la vulva, el verbo, el vértigo y el centro.
José Ángel Valente
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