Una blancura te inunda
los dos pechos: eres pura.
Y sube una mancha oscura
por tu vientre: eres profunda.
Tomás Segovia
"...amo una maravillosa estatua mutilada; un texto no terminado, un fragmento de cielo inscrito en la ventana de la vida". Julio Cortázar
sábado, 30 de marzo de 2013
jueves, 28 de marzo de 2013
A un hombre
Salvar este gran abismo del sexo
y luego, todo será sencillo.
Yo podré decirte que soy feliz
o desdichada,
que amo todavía
irrealizables cosas.
Tú me dirás tus secretos de hombre,
tu orfandad ante la vida,
tu miserable grandeza.
Seremos dos hermanos,
dos amigos, dos almas
que alientan por una misma causa.
Hace tiempo que dejé la coquetería
olvidada en el rincón oscuro
y polvoriento
de mi primera, balbuciente feminidad.
¡Ahora sólo quiero que me des la mano
con la fraternal melancolía
de todos los seres que padecen el mismo destino!
No afiles, porque soy mujer,
tu desdén o tu galantería,
no me des la limosna
de tu caballerosidad insalvable y amarga.
y luego, todo será sencillo.
Yo podré decirte que soy feliz
o desdichada,
que amo todavía
irrealizables cosas.
Tú me dirás tus secretos de hombre,
tu orfandad ante la vida,
tu miserable grandeza.
Seremos dos hermanos,
dos amigos, dos almas
que alientan por una misma causa.
Hace tiempo que dejé la coquetería
olvidada en el rincón oscuro
y polvoriento
de mi primera, balbuciente feminidad.
¡Ahora sólo quiero que me des la mano
con la fraternal melancolía
de todos los seres que padecen el mismo destino!
No afiles, porque soy mujer,
tu desdén o tu galantería,
no me des la limosna
de tu caballerosidad insalvable y amarga.
Susana March
domingo, 24 de marzo de 2013
LXX
Profunda, ardiente, plástica, flexible,
casi palpable como miel sonora,
más que sobre tus ojos o tus labios,
sobre tu voz, te reconstruyo toda…
Baldomero Fernández Moreno
viernes, 22 de marzo de 2013
Los Amantes
Ved en sombras el cuarto, y en el lecho
desnudos, sonrosados, rozagantes,
el nudo vivo de los dos amantes
boca con boca y pecho contra pecho.
Se hace más apretado el nudo estrecho,
bailotean los dedos delirantes,
suspéndese el aliento unos instantes...
y he aquí el nudo sexual deshecho.
Un desorden de sábanas y almohadas,
dos pálidas cabezas despeinadas,
una suelta palabra indiferente,
un poco de hambre, un poco de tristeza,
un infantil deseo de pureza
y un vago olor cualquiera en el ambiente.
Baldomero Fernández M.
miércoles, 20 de marzo de 2013
lunes, 18 de marzo de 2013
EXPLORADORAS
Tus manos
siempre encuentran en mi piel
una senda inexplorada
para zarpar con rabiosa gana
a la apetecida boca
del relámpago carnal
tus manos
saben evadir la
rutina
cuando las pienso
se humedece mi memoria
e
impaciente las aguardo
Dina Posada
sábado, 16 de marzo de 2013
AQUÍ EN MI CUERPO
Aquí en mi cuerpo
acabó de pasar el mediodía
y por mi piel respira un agua
atardecida.
Los labios están secos,
guardo en la lengua
los aromas.
Si acaso pusieras
tu mano
entre mis muslos
sabrías que estás vivo.
Saborearías mi sal.
Haríamos un pozo
en el tiempo,
y dejaríamos que el sol
nos madurara.
acabó de pasar el mediodía
y por mi piel respira un agua
atardecida.
Los labios están secos,
guardo en la lengua
los aromas.
Si acaso pusieras
tu mano
entre mis muslos
sabrías que estás vivo.
Saborearías mi sal.
Haríamos un pozo
en el tiempo,
y dejaríamos que el sol
nos madurara.
Renata Durán
jueves, 14 de marzo de 2013
EL INICIO
Estás desnudo
y tu suavidad es inmensa
tiemblas en mis dedos
tu respiración vuela adentro de tu cuerpo
eres
como un pájaro en mis manos
vulnerable
como sólo el deseo podría hacerte vulnerable
ese dolor tan suave con el que nos tocamos
esa entrega en la que conocemos
el abandono de las víctimas
el placer como una fauce
nos lame nos devora
y nuestros ojos se apagan
se pierden
y tu suavidad es inmensa
tiemblas en mis dedos
tu respiración vuela adentro de tu cuerpo
eres
como un pájaro en mis manos
vulnerable
como sólo el deseo podría hacerte vulnerable
ese dolor tan suave con el que nos tocamos
esa entrega en la que conocemos
el abandono de las víctimas
el placer como una fauce
nos lame nos devora
y nuestros ojos se apagan
se pierden
Verónica Volkow
martes, 12 de marzo de 2013
POEMA TERCERO CONSUMACIÓN
I
Tus brazos
como blancos animales nocturnos
afluyen donde mi alma suavemente golpea.
A mi lado,
como un piano de plata profunda
parpadea tu voz,
sencilla como el mar cuando está solo
y organiza naufragios de peces y de vino
para la próxima estación del agua.
Luego,
mi amor bajo tu voz resbala,
Mi sexo como el mundo
diluvia y tiene pájaros,
Y me estallan al pecho palomas y desnudos.
Y ya dentro de ti
yo no puedo encontrarme,
cayendo en el camino de mi cuerpo,
Con sumergida y tierna
vocación de espesura,
Con derrumbado aliento
y forma última.
Tú me conduces a mi cuerpo,
y llego,
extiendo el vientre
y su humedad vastísima,
donde crecen benignos pesebres y azucenas
y un animal pequeño,
doliente y transitivo.
como blancos animales nocturnos
afluyen donde mi alma suavemente golpea.
A mi lado,
como un piano de plata profunda
parpadea tu voz,
sencilla como el mar cuando está solo
y organiza naufragios de peces y de vino
para la próxima estación del agua.
Luego,
mi amor bajo tu voz resbala,
Mi sexo como el mundo
diluvia y tiene pájaros,
Y me estallan al pecho palomas y desnudos.
Y ya dentro de ti
yo no puedo encontrarme,
cayendo en el camino de mi cuerpo,
Con sumergida y tierna
vocación de espesura,
Con derrumbado aliento
y forma última.
Tú me conduces a mi cuerpo,
y llego,
extiendo el vientre
y su humedad vastísima,
donde crecen benignos pesebres y azucenas
y un animal pequeño,
doliente y transitivo.
Eunice
Odio
domingo, 10 de marzo de 2013
Reconstruiré una a una las arrugas de tus ojos
- Reconstruiré una a una las arrugas de tus ojos
- para bebérmelas de golpe en primavera.
- Atravesaré con mi tacto los pliegues de tu boca
- para sorberlos como un mejunje medieval.
- Tu voz dejaré que la reconstruya el mar
- para más tarde sellarla con un ramillete de algas.
- Después me columpiaré en tus quejas
- (como plumas de siniestras palmípedas)
- y atravesaré con mi sangre el hilo de tu aliento.
- Neus Aguado
viernes, 8 de marzo de 2013
SOBRE LOS DULCES CANSANCIOS
Hombre de la medida justa
para mis caderas,
recipiente de todos los temblores
de mi cuerpo,
madera antigua, de fino roble,
erecto.
Volcán de lava que me siembra
hacedor de los dulces cansancios,
la ondulación de mi vientre,
de mi piel estrecha y concreta.
Navégame, marinero alucinado,
navégame y viérteme luego
en tus manos.
Soy todos los frutos
y tú
todos los labios.
Bebámonos.
para mis caderas,
recipiente de todos los temblores
de mi cuerpo,
madera antigua, de fino roble,
erecto.
Volcán de lava que me siembra
hacedor de los dulces cansancios,
la ondulación de mi vientre,
de mi piel estrecha y concreta.
Navégame, marinero alucinado,
navégame y viérteme luego
en tus manos.
Soy todos los frutos
y tú
todos los labios.
Bebámonos.
Ana
Milena Puerta
miércoles, 6 de marzo de 2013
Plenilunio
Todas
las rosas
abiertas
las espitas
fluyen
entre tus dedos
Mira
amiga la noche encorvada por los luceros
Tapad
la luna que se derrama
Los
surtidores juegan entre los árboles
los
surtidores finos como espigas
Y
mis labios hacen cantar tus mejillas.
Pedro Garfías
lunes, 4 de marzo de 2013
Ni siquiera conozco tu sombra.
Ni siquiera conozco tu sombra. Sin embargo regreso sin descanso y me tiendo a tu lado en tu voz en tu sed en el tacto insaciable con que rastreo a ciegas tus rasgos con mis dedos. Y te llevo a mi piel. Y siento que tus muslos aprietan con el celo de lo deshabitado. Gozamos el secreto pacto de lejanías que anuda nuestros cuerpos en una memorable batalla despojada de heridas y arrogancias. Una trama ilesa bellamente perversa insiste en atraparnos. Y estamos atrapados aquí en el Sur más sur. En esta factoría de la imaginación oculta en el reverso de los acantilados.
Ana Emilia Laihitte
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