No te voy a pedir el
corazón que llevas
escondido debajo de
tu ropa de invierno.
Solamente esperaba,
como leña reunida,
para arder en el
fuego que calienta tus manos.
Quiero entender tu
noche, tu sed, tus libramientos,
tu vivir en las
sílabas que componen tu nombre,
tu quedarte dormida,
tu me voy a la cama,
tu silencio
acostado, mi silencio acostado,
las cosas que me
pasan cuando sueñas conmigo.
LUIS GARCÍA
MONTERO