jueves, 28 de febrero de 2019

Se esforzaba. Su jadeo

Se esforzaba. Su jadeo
ante el jardín clausurado
era el de un ciervo asustado.
La furia –más que el deseo–
de penetrar, era el reo
que lo impedía... Que ejerza,
según la torre se tuerza,
jaque anexo, desviada,
y cifre, en esa morada:
“más vale maña que fuerza”.



Severo Sarduy

martes, 26 de febrero de 2019

EXCESO DE VIDA


Desde que te conozco tengo en cuenta la muerte.
Pero lo que presiento no se parece en nada
a la común tristeza. Más bien es certidumbre
de la totalidad de mis días en este
mundo donde he podido encontrarme contigo.
De pronto tengo toda la impaciencia de todos
los que amaron y aman, la urgencia incompartible
de los enamorados. No quiero geografía
sino amor, es lo único que mi corazón sabe.
En mi vida no cabe este exceso de vida.
Mejor, si te dijera que medito las cosas
(fronteras y distancias) en los términos propios
de la resurrección, cuando nos alzaremos
sobre las coordenadas del tiempo y el espacio,
independientemente del mar que nos separa.
Sueño con el momento perfecto del abrazo
sin prisa, de los besos que quedaron sin darse.
Sueño con que tu cuerpo vive junto a mi cuerpo
y espero la mañana en la que no habrá límites.



Juan Antonio González Iglesias

domingo, 24 de febrero de 2019

Entrando en ti, cabeza con cabeza

Entrando en ti, cabeza con cabeza,
pelo con pelo, boca contra boca:
el aire que respiras -la fijeza
del recuerdo-, respiro y en la poca

luz de la tarde -rayo que no cesa
entre los huesos abrasados- toca
los bordes de tu cuerpo; luz que apresa
la forma. Ya su cénit la convoca

a otro vacío donde su blancura
borra, marca de arena, tu figura.
El día devorando de sonidos

quema, de trecho en trecho, su espesura
y vuelca de ceniza la textura
en la noche voraz de los sentidos.

 Severo Sarduy

viernes, 22 de febrero de 2019

CUCHARADAS



El encanto
de las chocolatinas y las fresas,
como un cuerpo desnudo
con pedacitos de almendra
y unas gotas de miel.

Unos labios de trufa
y natillas calientes
con un poco de helado
y un bizcocho borracho.

La pasión del azúcar quemada
sobre la crema fría
en los postres helados.

El jadeo
de las moras silvestres,
de las claras a punto de nieve
flameadas al horno.

Un hechizo perverso
para las bocas,
para los paladares insomnes
que después de amar
todavía tienen hambre.

Ana Merino

miércoles, 20 de febrero de 2019

MI OSADÍA




Enredo mi osadía entre tus sábanas
y el tacto ireverente de mis manos
busca el latido de tu sangre
y por el laberinto de mi cuerpo
arden las llamas inmisedicordes
y la moderación es utopía.
Crepitan las candelas desbodando la noche,
mi voluntad ya no me pertenece.
Y me ovillo en tus brazos
mientras me habitan en mi entraña
agitadas palomas surcando las alturas.

ROSARIO BERSABÉ

lunes, 18 de febrero de 2019

Te besaré


Te besaré largamente
mis animales sueltos en el interior de tus sentidos
amándote en tus entrañas
como esquirlas de luz
Te besaré
atravesaré tu cielo
me internaré en tus ramas
circularé en tus líquidos
surgiré de la yema de la corteza de tu tronco
me alimentaré de tu jardín
Tu voz en las colinas
y los campos inmensos
como tú los pensaste
tus animales sueltos en el interior de mis sentidos
amándome en mis entrañas
como certeza
como fruto como señal de territorio
Tu voz en las colinas
y los campos inmensos
bajo este cielo púrpura
esta delicia o cauce a mitad de la lluvia
a mitad del océano
porque tu árbol enraiza
en medio de mi vientre
y esta tierra te vive
en el principio y fin


Minerva Margarita Villarreal

sábado, 16 de febrero de 2019

La labor de Penélope




Un cristal precioso,
una pequeña caja que destella figuras marinas.
Al fondo, pedazos de tus ojos
cortados por el viento.
Tu mirada es un hilo
y mis manos lo tejen
hasta cubrirlo todo.

Minerva Margarita Villarreal 


jueves, 14 de febrero de 2019

EL VESTIDO NARANJA



El vestido naranja lo levanto:
debajo hay una gruta, son dos grutas
-el vértigo, una nube-,
entrar en otra calma, un sol de aceite.
Dos pizcas, dos minucias enormes no son pizcas,
son dos garbanzos de agua masticable
igual que se mastica la vida en tus adentros,
mar adentro, más adentro de ti, tú descosida
como si tu placer fuera costumbre
y el aire así entreabriera el vapor de unos labios.
Las termas se descubren, se recubren
de un silencio salado en el arroz.
Tú buscas lo rotundo, lluvia o grano
y yo lamer la sangre, los tejidos, tú que embista
y llene tus dos grutas, las ocupe
como una doble piel o un doble cuerpo.


Joaquín Pérez Azaústre


martes, 12 de febrero de 2019

DE LA NOCHE (X)




Que te demores, que me persigas
como algunos persiguen los tulipanes
para buscar el olvido de uno mismo.
Que te demores
cubriéndome de jugos y de tintas
en mi noche de hambres
Refléjame. Soy tu destino y poniente.
Duerme.

HILDA HILST

domingo, 10 de febrero de 2019

LOS PUENTES


¿Qué habría sido de nosotros, di,
si no existieran puentes?
Pero hay puentes, hay puentes. ¿Los recuerdas?
Nada mejor para pasar las noches
sin algas, en que enero
escribe cartas a la primavera
con níveos alfabetos sobre el mundo,
que abrirse la memoria, el viejo álbum,
que lleva en casa varios años
puesto sobre la mesa de la sala
para que se entretengan las visitas.
Voy a abrirlo.
Y como estás dormida y estás lejos
lo podremos mirar sin esa prisa
que tiembla en tu mirada cuando vienes.
Lo podremos mirar, sí, con los ojos
que tú te quitas siempre y que me entregas,
cuando vas a dormir, como sortijas,
para que yo los guarde y no esté ciego.
(Tus ojos son más míos cuando duermes
porque miran a nada o a los sueños,
y yo soy ese sueño, o nada, tuyo.)

viernes, 8 de febrero de 2019

TENGO UN PLAN



Como el que lleva al mar a rastras en los ojos,
el que camina hacia delante, acariciando espaldas,
o el que besa parpados para soñar mas tranquilo,
te llevo en mi como en un accidente, hecho llanura,
como una caricia que termina en poemas mientras tu duermes,
como tiene el perdón grabado en el pecho el más culpable.

Te lo voy a decir de otra manera,
cuando te miro veo:
pájaros, seres inimaginables,
ojos que traspasan,
padres embullendo a sus hijos,
relojes desaciendose en el segundo que condese un instante,
peces devorando tigres, muchachas mirando por la ventana,
un beso en la mejilla de una enamorada arrodillada,
mujeres desnudas de piel azul,
la guerra imaginada y deshecha en un lienzo,
en resumen defines mis intenciones con la poesía,
quiero conjugar contigo todo los verbos que acaben en arte.

Elvira Sastre

miércoles, 6 de febrero de 2019

Y DORMIR CONTIGO SE CONVIERTE, ENTONCES, EN POESÍA


Caminas descalza
como si supieras de qué está hecho el mundo
y quisieras darle forma con la curva de tus pies,
bailándolo a tu antojo
como bailas mis días,
haciendo que al resto
se nos claven tus huellas
en lo que nos queda de ojos
después de mirarte,
y no podamos sino seguirte.

A veces sonríes,
y el mundo se abre con tu boca,
como cuando bostezas
y tiras por la borda
cualquier amago de abandonarte,
porque la paz está ahí,
entre tus dientes,
cuando me muerdes el corazón
y te lo tragas,
y yo respiro.

Me miras
noventa y nueve veces al día
como si yo fuera lo único que se interpusiera
entre la realidad y tus ojos,
me conviertes en tu filtro
y dices que a través de mí
el mundo se ve más bonito,
y son cien las veces que yo te miro de vuelta
preguntándome
qué diablos será eso que te convierte en cielo
y despeja mis tormentas,
que te hace sujetarme
cuando decido precipitarme
o dejarme la garganta
en mil silencios,
qué esconde mi boca
para que mientras me besas
solo pienses en el siguiente beso,
qué verás
en mi pelo alborotado al despertar
para que quieras acariciármelo así,
como si estuviera herido
y tú supieras exactamente
qué hacer
para salvarlo,

—preguntándome
qué diablos
tendré
para
ser
lo
único
que
ves
cuando
miras
al
mundo—.

Me masturbas el alma
a dos manos
—cómo no voy a creerme
que tus dedos
me esconden—,
me pones de espaldas
y te dejas
entera
dentro de mí
—así pasa ahora,
que te llevo a todas partes—,
te vuelves
algo así como un animal salvaje
pero tierno,
con esa lascivia
que dibuja tu boca
cuando tienes hambre,
te vuelves gigante
y me nombras,
y yo te digo
al oído
que voy a correrme contigo
hasta llegar al fin del mundo,
si es que eso existe
después de ti
—tú,
que lo único que tienes de final
es todo lo bonito
que viene después—,
y entonces
caigo rendida,
vencedora,
libre,
con el alma aun entre tus dedos,
desnuda,
palpitante,
viva,
en calma,
frágil,
repleta,
satisfecha,
completa,
sobre tu pecho,
y es entonces cuando entiendo
lo de soñar sin dormir.

Y me creo lluvia
y te duermo a besos.

Quién me iba a decir a mí
que ibas a llegar a mi corazón
entrando por la boca.

Conviertes las mil maneras
que existen de huir
en mil maneras de quedarse,
contigo.
Y dormir a tu lado
se convierte,
entonces,
en poesía.



Elvira Sastre

lunes, 4 de febrero de 2019

pensabas que yo era una ciudad


¿pensabas que yo era una ciudad
lo bastante grande para fugarte un fin de semana?
soy el pueblo que la rodea
aquél del que nunca has escuchado
pero por el cual siempre viajas
aquí no hay luces de neón
ni rascacielos ni estatuas
pero hay un trueno
que hace temblar  los puentes
no soy carne callejera soy jalea hecha en casa
tan espesa como para cortar lo más dulce que tus labios hayan tocado
no soy sirenas policiacas soy el crujir de una chimenea
yo podría incendiarte y tú no podrías arrancar los ojos de mí
porque me vería tan hermosa que te sonrojarías
no soy una habitación de hotel soy un hogar
no soy el whiskey que quieres
sino el agua que necesitas
no vengas con expectativas
no intentes hacer vacaciones en mí



Rupi Kaur

sábado, 2 de febrero de 2019

No quiero tenerte


no quiero tenerte
para llenar mis partes vacías
quiero estar llena conmigo
quiero estar tan completa
que pueda encender toda una ciudad
y luego
quiero tenerte
porque los dos juntos
podríamos
prenderle fuego


Rupi Kaur