Quiero decir que te amo y no lo digo
aunque bien siento el corazón llagado,
porque para mi mal tengo probado
que soy tibio amador y flaco amigo.
No amarte más es culpa y es castigo,
que de ansias de tu amor me has abrasado,
y con sólo dejarme en mi pecado
extremas tu rigor para conmigo.
Sólo quiero vivir para buscarte,
sólo temo morir antes de hallarte,
sólo siento vivir cuando te llamo;
y, aunque vivo ardiendo en vivo fuego,
como la entera voluntad te niego
no me atrevo a decirte que te amo.
Concha Urquiza