En ti no extraño a nadie,
tierra que anochece en sueños
a través de verdes órbitas,
y soy extranjera si cruzo la frontera
de tu cansada melena.
Sólo tu lengua
sé hablar en sueños
y contar cuentos sólo para ti,
mi pasajero paraíso,
mi pasajero dueño.
Afuera hace frío
y es densa la niebla.
Se hace de noche.
Pasa despacio el tiempo,
pero qué bien se está en casa, aquí al abrigo,
cuando somos país uno del otro.
Ana Blandiana