Vuelvo a tenerte, amor,
como si nunca
te me hubieras ido.
Tus manos me recorren
el rostro suavemente,
y te oigo la voz en un
susurro
que me roza el oído.
Vuelvo a tenerte
y pienso en el perfume
que de nuevo me hiere
aunque el jazmín no exista.
Meira Delmar