lunes, 6 de septiembre de 2010

DE LAS COINCIDENCIAS

Quisiera que tengamos
aquella coincidencia del árbol y la hiedra,
del sol y la amapola,
del mar, la ruta y las estrellas.

Porque la vida misma
se nutre del encuentro
de un pájaro y un cielo,
de tu intención de ser
un poco lo que soy.

No sin razón
coinciden las mareas
con tantas otras cosas,
y el río y el misterio
con el adiós y el vuelvo
y el silencio.

SILVIA LONG-OHN