Abriré los surcos nuevos en la arena
y hablarán las verdades de mi piel.
Retornarás al sonido
de la hembra
hasta romper tus labios.
Pondrás las hojas
tal si construyeras un pajar,
allí estarás
mordiendo lo vivido,
muriendo lo mordido.
Será tu mano un río interminable
recorriendo mi sangre,
sedienta
abriré los caminos
de lo inevitable
tanteando
herido
dormido
como la vida te haya tratado,
sobre mí hundido en el mar,
total desnudo,
total rodeado de mis pechos,
vientre, sexo, muslos.
Ana Rosa Bustamante