"...amo una maravillosa estatua mutilada; un texto no terminado, un fragmento de cielo inscrito en la ventana de la vida". Julio Cortázar
sábado, 30 de mayo de 2015
Yo soy el amor, el amante y el amado
Libertaria manzana fruta de la vida
te siento dulce y suave en el suspiro:
eres azul ensueño de las rotundas esferas
que armoniza la poesía con camelias sensuales.
Yo quisiera que forjáramos juntos
un lecho de amapolas y violetas
edificando nuestro tiempo en las miradas
que descubren la mujer que hay en Galicia.
Pétalo cada poro eres amapola
de rojas mejillas y suave aroma
a manzanas camoesas. Subversivo rubor
nace de la sangre que nutre tu mar en cabellera
como surge el alecrín en la noche cerrada.
Mujer alegre flor de tojo eres violeta
que quiere crecer libre por los campos
cual retozan los bucles en el pubis y en la frente.
Tú tiñes de color lila mis anhelos
llovidos en común patria nublada.
De tu nación de niebla que comparto
me quedó esta hondura verde y húmeda
me quedó este silencio estas palabras
que hoy te dirijo desde la bruma.
Hay palabras en esta lengua que acarician
como tus ojos de almendra y de vieira
palabras fluviales para un cuerpo de gacela
cubierto de una piel de olas señeras:
Galicia habla en nosotros como la ternura.
Siento agitarse en ti fruta marina
la simiente de la vida en la naturaleza
y soy el pensamiento cuando amo
y soy el sentimiento cuando escribo
y soy el amor el amante y el amado.
Claudio Rodríguez Fer
jueves, 28 de mayo de 2015
Puente
Yo vine desde antes de los orígenes.
Tú estabas más allá de la otra orilla
y juntos atravesamos todos los puentes.
Claudio Rodríguez Fer
martes, 26 de mayo de 2015
Dentro
Yo sé que existo
porque puse una mano sobre tu vientre
y sólo tú estabas dentro.
Claudio Rodríguez Fer
domingo, 24 de mayo de 2015
Al encuentro de la vulva
el verso por la vida
proteica
abandono la palabra
al encuentro de la vulva.
Claudio Rodríguez Fer
viernes, 22 de mayo de 2015
REALIDAD
La verdad de este cuerpo
mi
más honda verdad.
Invadirlo,
apresarlo,
hasta sentir su carne
prolongada en la mía,
integrada en mi sangre,
y sentir por la suya
esa lava ya fría del ardor del placer.
Hasta su sexo llego
como aquellos amantes
que ante un cuerpo desnudos
oficiaban con fervor y belleza
sabiéndose partícipes de Pan y de Afrodita.
Sobre la tierra inhóspita,
bajo el cielo callado y los dioses ausentes,
avanzo por sus valles, laderas, promontorios,
y en el instante exacto del gemido
asalto, rompo, ocupo
la cueva misteriosa,
el cálido refugio
donde morar silente.
Ya rendidos, y fríos, y exhaustos,
los cuerpos se separan,
sus poderes se anulan:
una tregua se abre sobre los blancos lienzos.
Hasta que una mano furtiva se desliza
por la piel tan surcada,
las piernas se entrelazan,
la carne, enmudecida, recupera sus voces,
y el sexo,
cual un mar saliendo de su calma,
se levanta y avanza:
hacia el cuerpo que amo
y que a mi lado yace.
Hermosa realidad que devoro insaciable.
Invadirlo,
apresarlo,
hasta sentir su carne
prolongada en la mía,
integrada en mi sangre,
y sentir por la suya
esa lava ya fría del ardor del placer.
Hasta su sexo llego
como aquellos amantes
que ante un cuerpo desnudos
oficiaban con fervor y belleza
sabiéndose partícipes de Pan y de Afrodita.
Sobre la tierra inhóspita,
bajo el cielo callado y los dioses ausentes,
avanzo por sus valles, laderas, promontorios,
y en el instante exacto del gemido
asalto, rompo, ocupo
la cueva misteriosa,
el cálido refugio
donde morar silente.
Ya rendidos, y fríos, y exhaustos,
los cuerpos se separan,
sus poderes se anulan:
una tregua se abre sobre los blancos lienzos.
Hasta que una mano furtiva se desliza
por la piel tan surcada,
las piernas se entrelazan,
la carne, enmudecida, recupera sus voces,
y el sexo,
cual un mar saliendo de su calma,
se levanta y avanza:
hacia el cuerpo que amo
y que a mi lado yace.
Hermosa realidad que devoro insaciable.
Emilio Miró
miércoles, 20 de mayo de 2015
POTRA DE LOS CUATRO VIENTOS
Muéstrate desnuda ahora,
que
están erectos tus senos
y tienen sus altas combas
suavidad de terciopelo,
y saben a frutas rojas
tus labios color de sueño,
y tu vientre es una ofrenda
de los más dulces venenos,
donde florece la felpa
en un triángulo perfecto.
Muéstrate desnuda ahora,
¡potra de los cuatro vientos!
y tienen sus altas combas
suavidad de terciopelo,
y saben a frutas rojas
tus labios color de sueño,
y tu vientre es una ofrenda
de los más dulces venenos,
donde florece la felpa
en un triángulo perfecto.
Muéstrate desnuda ahora,
¡potra de los cuatro vientos!
Ángel Facal
lunes, 18 de mayo de 2015
Mírame
Mírame
de frente
a los ojos de mis ojos.
Te quiero.
Del verbo amar.
Del amar necesitando.
De la necesidad absoluta de querer
amarte.
Mírame
por dentro
al corazón de mi corazón.
Ya no se qué más puedo hacer
para que sepas lo todo que eres de mí.
Felipe Ortega Regalado
de frente
a los ojos de mis ojos.
Te quiero.
Del verbo amar.
Del amar necesitando.
De la necesidad absoluta de querer
amarte.
Mírame
por dentro
al corazón de mi corazón.
Ya no se qué más puedo hacer
para que sepas lo todo que eres de mí.
Felipe Ortega Regalado
sábado, 16 de mayo de 2015
No somos piezas sueltas.
No somos piezas sueltas.
Pero cuando nos ensamblamos,
tú y yo formamos
la máquina humana
más feliz y perfecta.
Carlos Salem
Pero cuando nos ensamblamos,
tú y yo formamos
la máquina humana
más feliz y perfecta.
Carlos Salem
jueves, 14 de mayo de 2015
No te detengas nunca
No te detengas nunca
cuando quieras buscarme.
Si ves muros de agua,
anchos fosos de aire,
setos de piedra o tiempo,
guardia de voces, pasa.
Te espero con un ser
que no espera a los otros:
en donde yo te espero
sólo tú cabes. Nadie
puede encontrarse
allí conmigo sino
el cuerpo que te lleva,
como un milagro, en vilo.
Intacto, inajenable,
un gran espacio blanco,
azul, en mí, no acepta
más que los vuelos tuyos,
los pasos de tus pies;
no se verán en él
otras huellas jamás.
Si alguna vez me miras
como preso encerrado,
detrás de puertas,
entre cosas ajenas,
piensa en las torres altas,
en las trémulas cimas
del árbol, arraigado.
las almas de las piedras
que abajo están sirviendo
aguardan en la punta
última de la torre.
Y ellos, pájaros, nubes,
no se engañan: dejando
que por abajo pisen
los hombres y los días,
se van arriba,
a la cima del árbol
al tope de la torre,
seguros de que allí,
en las fronteras últimas
de su ser terrenal
es donde se consuman
los amores alegres,
las solitarias citas
de la carne y las alas.
Pedro Salinas
cuando quieras buscarme.
Si ves muros de agua,
anchos fosos de aire,
setos de piedra o tiempo,
guardia de voces, pasa.
Te espero con un ser
que no espera a los otros:
en donde yo te espero
sólo tú cabes. Nadie
puede encontrarse
allí conmigo sino
el cuerpo que te lleva,
como un milagro, en vilo.
Intacto, inajenable,
un gran espacio blanco,
azul, en mí, no acepta
más que los vuelos tuyos,
los pasos de tus pies;
no se verán en él
otras huellas jamás.
Si alguna vez me miras
como preso encerrado,
detrás de puertas,
entre cosas ajenas,
piensa en las torres altas,
en las trémulas cimas
del árbol, arraigado.
las almas de las piedras
que abajo están sirviendo
aguardan en la punta
última de la torre.
Y ellos, pájaros, nubes,
no se engañan: dejando
que por abajo pisen
los hombres y los días,
se van arriba,
a la cima del árbol
al tope de la torre,
seguros de que allí,
en las fronteras últimas
de su ser terrenal
es donde se consuman
los amores alegres,
las solitarias citas
de la carne y las alas.
Pedro Salinas
martes, 12 de mayo de 2015
Laberinto
En mí te pierdo, aparición nocturna,
En este bosque de engaños, en esta ausencia,
En la neblina gris de la distancia,
En el largo pasillo de puertas falsas.
De todo se hace nada, y esa nada
De un cuerpo vivo enseguida se puebla,
Como islas del sueño que entre la bruma
Flotan, en la memoria que regresa.
En mí te pierdo, digo, cuando la noche
Sobre la boca viene a colocar el sello
Del enigma que, dicho, resucita
Y se envuelve en los humos del secreto.
En vueltas y revueltas que me ensombrecen,
En el ciego palpar con los ojos abiertos,
¿Cuál es del laberinto la gran puerta,
Dónde el haz de sol, los pasos justos?
En mí te pierdo, insisto, en mí te huyo,
En mí el cristal se funde, se hace pedazos,
Mas cuando el cuerpo cansado se quiebra
En ti me venzo y salvo, en ti me encuentro.
José Saramago
domingo, 10 de mayo de 2015
A veces te contemplo en una rama...
A veces te contemplo en una rama,
en una forma, a veces horrorosa,
en la noche, en el barro, en cualquier cosa,
mi corazón entero arde en tu llama.
Y sé que el cielo entre tus labios me ama,
que el aire forma tu perfil de diosa
de oro y de piedra, sola y orgullosa,
que nadie existirá si no te llama.
Entre tus manos quedaré indefensa,
no viviré si no es para buscarte
y cruzaré el dolor para adorarte,
pues siempre me darás tu recompensa,
que es mucho más de lo que te he pedido
y casi todo lo que habré querido.
Silvina Ocampo
viernes, 8 de mayo de 2015
AMOR Y CARACOLES
El día que tú quieras
me llamas y nos depedimos un poquito
compartimos el portal y nos hacemos
un nudo en la garganta,
unos de esos nudos que te dejan sin habla
de los que llenan el cuerpo de viernes y caracoles,
o si lo prefieres nos confiamos un secreto
y la pasión por Nicaragua,
el misterio de las 39 rosas rojas
y ese color que nunca tuvo la tristeza.
El día que tú quieras me atas a la cama y nos despedimos
de lo poéticamente correcto
y en lugar de escribir versos nos tatuamos un delirio
o dejamos pasar el tiempo y reventamos de utopía
este momento de carne, sudor y risas.
El día que tú quieras
mientras alguien intenta explicar este poema
nos casamos con la vida y engañamos al mundo
como el mundo engaña al hombre
y el hombre a los caracoles.
UBERTO STABILE
miércoles, 6 de mayo de 2015
VOY A OLVIDARTE, TE LO ADVIERTO
VOY A OLVIDARTE, TE LO ADVIERTO;
voy a sacar de mi corazón las tardes y los besos,
voy a matar las neuronas que aún te recuerdan
como eras hace dos meses.
Voy a olvidarte, te lo advierto.
Y un día, quizás mañana, hasta llegue
a pensar que nunca exististe,
que te parieron mis sueños,
que tu canto era sólo la noche y el viento
silbando.
Te voy a olvidar, te lo advierto.
Voy a olvidar tu cara, tu cuerpo,
las palabras de amor que pronunciaste
las voy a suprimir de mi vocabulario.
Ya no haces falta... es cierto;
Voy a suprimirte de mis hábitos,
voy a borrar las letras de tu nombre,
sílaba a sílaba.
Tus boca bien puede remplazarla otra boca rosada,
el calor que inventaste bien puede suplirlo otro fuego.
Voy a olvidarte, te lo advierto.
voy a sacar de mi corazón las tardes y los besos,
voy a matar las neuronas que aún te recuerdan
como eras hace dos meses.
Voy a olvidarte, te lo advierto.
Y un día, quizás mañana, hasta llegue
a pensar que nunca exististe,
que te parieron mis sueños,
que tu canto era sólo la noche y el viento
silbando.
Te voy a olvidar, te lo advierto.
Voy a olvidar tu cara, tu cuerpo,
las palabras de amor que pronunciaste
las voy a suprimir de mi vocabulario.
Ya no haces falta... es cierto;
Voy a suprimirte de mis hábitos,
voy a borrar las letras de tu nombre,
sílaba a sílaba.
Tus boca bien puede remplazarla otra boca rosada,
el calor que inventaste bien puede suplirlo otro fuego.
Voy a olvidarte, te lo advierto.
Piedad Bonnet
lunes, 4 de mayo de 2015
PARA ESTAR JUNTO A TI
Para estar junto a ti
me he convertido en aire,
paso, te envuelvo;
tú eres también de aire.
Para llegarme a ti me he dejado crecer
la barba, el cabello,
y me he internado en la selva.
Ahora soy un león y te devoro;
huyes, te devuelves,
sobrevives en el bosque,
ilesa.
¡Te amo!
Contamíname ahora.
Yo voy contigo en la turbia espuma,
me dejo ser amapola para que me fumes.
Ven,
ahora soy tu lecho de vértigo,
¡ámame!
Por estar en tu pecho
me he convertido en una gota de sangre,
fuego;
tú eres también una gota de sangre humana,
fogonazo de mi deseo.
Yo soy tu ángel
y voy creando el universo
-nuestro universo-,
lo pueblo de errantes alas,
creo tu cuerpo y mi amor sobre el mundo;
me convierto en aire,
fuego,
león,
todo, nada,
y te amo.
Piedad Bonnet
sábado, 2 de mayo de 2015
EL ALFARERO
Todo tu cuerpo tiene
copa o dulzura destinada a mí.
Cuando subo la mano
encuentro en cada sitio una paloma
que me buscaba, como si te hubieran, amor, hecho de arcilla
para mis propias manos de alfarero.
Tus rodillas, tus senos,
tu cintura faltan en mí como en el hueco
de una tierra sedienta
de la que desprendieron
una forma,
y juntos
somos completos como un solo río,
como una sola arena.
Pablo Neruda
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