El amor… ah, qué rosa.
Tenla, sostenla, súbele aguas dulces y
puras,
vela la milagrosa ascensión del
perfume
y esa niebla de fuego que se le dobla
en pétalos.
El amor… ah, qué rosa, qué rosa
verdadera.
Ah, qué rosa total, voluptuosa,
profunda,
de tallo ensimismado y raíces de
angustia,
desde tierras terribles, intensas, de
silencio,
pero rosa serena.
Tenla, sostenla, siéntela, y antes que
se derrumbe
embriágate en su olor,
clávate en las espadas del amor, esa
flor,
esa rosa, ilusión,
idea de la rosa,
de la rosa perfecta.
IDEA VILARIÑO