jueves, 25 de enero de 2018

Nadar a oscuras

Con esa propensión a la tristeza
de quien está encerrado en un poliedro
voy bordando en mi carne los contornos
de un débil corazón deshidratado.

Tu gemido nocturno
golpea raíles del recuerdo
y enciende carbones
de la desesperanza.

Narcótico en la lengua
tapizo los minutos
con álbum de sueños:
tus piernas enlazadas a mis piernas.
Un temblor de estampida entre los muslos,
nuestra ropa en el suelo;
ácido que taladra
la noche como un túnel
y deja con coágulos el alma

Necesito una urgente transfusión
que deje aristas
de mi pulso hacia ti
reducidas a polvo.

Coseré las costuras
de estas horas deshechas
mientras juntas las piezas
del puzzle de mi cuerpo.


Ariadna García