sábado, 2 de mayo de 2020

El Surtidor.




¡Tus bellos ojos están cansados, pobre amante!
Quédate mucho tiempo sin volver a abrirlos,
en esa postura descuidada
en que el placer te ha sorprendido.
En el patio el surtidor que murmura
y no se calla ni de noche ni de día,
alimenta dulcemente el éxtasis
en que esta noche me ha sumido el amor.

El ramo abierto
en mil flores
en que la luna alegre
pone sus colores
cae como una lluvia
de largo llanto.

Así tu alma que incendia
la ardiente chispa de los deleites
se lanza, rápida y osada,
hacia los vastos cielos encantados.
Luego, se esparce moribunda,
en una ola de triste languidez
que por una invisible pendiente
baja hasta el fondo de tu corazón.

El ramo abierto
en mil flores
en que la luna alegre
pone sus colores
cae como una lluvia
de largo llanto.

Oh tú, a aquien la noche hace tan bella,
¡qué dulce me resulta, echado cerca de tus pechos,
oír la eterna queja
que solloza en los estanques!
Luna, agua sonora, noche bendita,
árboles que os estremecéis alrededor,
Vuestra pura melancolía
es el espejo de mi amor.

El ramo abierto
en mil flores
en que la luna alegre
pone sus colores
cae como una lluvia
de largo llanto.


Baudelaire