martes, 5 de octubre de 2010

UNA CARTA

tan lejos – tan cerca...


Te escribo como si te amara,
igual que si mis manos
buscaran el tacto
de las tuyas.
Para sentir tu piel
lejana
te escribo.
Tus dedos en mis dedos
pulsan mi sangre,
notan un corazón desnudo
en tu boca mis labios.
Sé que mi saliva
sabe más de ti que yo misma.
Mi sangre y mi saliva
dicen tu piel.
Tu piel, el papel donde vivo,
frágil como tu carne
pero dúctil y tenso
y escabroso
como la línea quebrada
que dibujo
en el camino de tus venas.
Te escribo para pasar la mano
sobre tu pelo,
y seguir, y seguir
y embadurnarte todo
con la roja tinta de mis dedos
y volver a empezar.
Te escribo...

ÁNGELES MORA