Y, cuando duermen, sueñan no con los
ángeles sino con los mortales.
Xavier Villaurrutia
Se despertó al oír un ruido
a sus espaldas, un murmullo
de frondas embozado. Abrió
los ojos y rozó en silencio
sus brazos recogidos entre
la nervadura de la sábana.
Qué sucede, por qué no duermes
-le preguntó mientras el alba
ya era otra forma en los espejos.
Me soñaba contigo -dijo
sin mirarle. Y se dio la vuelta,
cerró los párpados del sueño
para buscar la piel que huía
desde sus yemas, luz adentro.
Jorge Valdés Díaz-Vélez