Venís entrando
en mi cuerpo y
un silencio de bronce
te recibe
y te presiona
detrás de mí
la puerta negra
la casa negra
la noche negra
venís entrando
mi boca toca ahora
por fin
la pared
es la hora irreal es
la luz irreal
y ese siseo
ese olor único
adivinás
el cuerpito blando
morado
violento y caliente
que deja percibir
crujidos intermitentes
...
las palabras quedan
resonando
un mantra originario
resquebraja la tarde.
Marianela Alegre