sábado, 13 de febrero de 2016

Oración


Permitid, Señor, un
poco de lujuria en este
mundo.
Permitid que el roce de
los labios sea caliente
levadura,
permitid que las
pupilas de luto del
deseo se hundan en el
pozo de otros ojos,
permitid que la mano
del osado amante
palpe la sangre ajena
estremecida.
Dejad hervir las entrañas
de los machos sobre la
piel desnuda,
dejad el juego de los
adolescentes labios
bucear en los senos de
los lirios,
dejad las vírgenes con
su secreto fuego
ardiendo en piras
escondidas,
dejad los muslos de los
verdes tallos
mezclarse en llamas
de tacto, en apretadas
lianas de caricias.
Que el rubor se
desnude enteramente
y la escultura
surja de tactos y
torrentes,
que los zumos de los
ojos exprimidos y de
brazos,
mane de fuentes
secretas y de labios.
Permitidlo, Señor, que
ya sufren sus penas
los humanos,
que ya, bastante, la
carga duró sobre sus
hombros.

Max Jacob