hay días que no saben amanecer
no días sin sol, días sin día
sus noches son insectos
que crujen en una hoguera
brillan sus diminutos huesos
brilla nuestro dolor
empujan a dejarlo todo
ordenado sobre la silla
a quitarnos las gafas
apagar las luces
el asfalto del mundo
parece correr por nuestras venas
pero de repente los dedos
de quien amamos
recorren nuestra espalda
y por un momento
el dolor desaparece
y todo vuelve a empezar
Isabel Bono