Quiero y me dejo querer.
Estreno contigo sentimientos silenciados
y comparto misterios entre risas de fiesta.
Puedo ser lo que soy
y aprendo a conocerte.
Me has regalado el viento, un desafío...
Un día, en mi soledad, te soñé;
y hoy, me aportas gotas de sueños
en cada huella que dejamos juntos.
Marcas el ritmo de la primavera y,
mes a mes, puedo ver tu corazón
en cada gesto.
Me has enseñado a soportar tempestades
y arropas con tu chispa mis dibujos de niña.
Descubro un pasaporte a las estrellas
cuando, con tu magia, rompes la monotonía.
Pienso en acuarelas desde que estás conmigo,
me disfrazas de reina cada vez que me miras.
Y, por fin, dejé mis amuletos
porque tú eres el trébol que oxigena mi alma.
María Ángeles Chavarría