¡Qué lindo ha sido conocerte!
Llegaste impredecible
con tus estrellas marinas
llenando mi playa con tu rumor de peces
y tu beso de espuma.
¡Ah, cabalgata ondulante en tus olas precisas!
¡Ah, oleaje de nácar bañando mis acantilados!
No, no sé de tus tormentas
ni de los huracanes desatados en tu vida
pero sí sé de mis playas cálidas para esperarte
y que en ellas juguetees con tus olas
en asombro de profundidad.
Mayamérica Cortez