En su cuerpo la noche inciensa sus heridas
El cuello bajo de su blusa aligera la tenebra
La línea de su talle registra mi deseo más lascivo
para modelarla incansable nuevamente
Cada leve aleteo de su parpado produce
en mi cuerpo terremotos terribles y desolación
Ella es la sangre que me corre irrevocable y frenética
la sangre
savia solar que sin embargo
me mantiene en la más oprobiosa tiniebla.
Alí Calderón