Deshojo caricias
de mi cuerpo ardiente
para cubrir tus
desnudeces.
Broto dedos de mis manos
para encender tus
gélidos
pezones.
Saco el caracol de su casita
para
limpiarte el cuerpo
como gato.
Tu boca me recorre
y me
devora,
me abraza y me enloquece.
Una mirada pudo más,
una
mirada.
Me subo a tus ojos,
los penetro,
te fecundo el alma.
Juan Daniel Perrotta