Enredados los
cuerpos
en el agua del amor
gimiendo sudorosos.
Latigazos de sangre
alucinados.
Me abres de par en
par,
nos penetramos.
El deseo con sus
brazos de sed
navega ahogando las
fronteras,
rompiéndolas.
Más allá de
nosotros el sol
amor, el sol
que es carne viva.
Renata Durán