Penetro tu cuerpo tu
cuerpo
de carne penetro me
hundo
entre tu lengua y tu
mirada pura
primero con mis ojos
con mi corazón con
mis labios
luego con mi soledad
con mis huesos con
mi glande
entro y salgo de tu
cuerpo
como si fuera un
espejo
atravieso pelos y
quejidos
no sé cuál es tu
piel y cuál es la mía
cuál mi esqueleto y
cuál el tuyo
tu sangre brilla en
mis arterias
semejante a un
lucero
mis brazos y tus
brazos son los brazos
de una estrella que
se multiplica
y que nos llena de
ternura
somos un animal que
se enamora
mitad ceniza mitad
latido
un puñado de tierra
que respira
de incandescentes
materias
que jadean y que
gozan
y que jamás reposan
Jorge Eduardo
Eielson