Tú.
Sí, tú.
Inundas de deseo mi pensamiento
renaciendo en el perfume de las horas.
Luz que incesante grita en mis silencios.
Una vez más, tú.
Me desnudas en cada palabra, encendiendo
miradas, piel y brasas.
Dilatando mi aliento en el abismo de lo imaginable.
Siempre tú.
Desangrándome en cada latido
y estremeciendo -incansable- mi desnudez.
Respiras en todos y cada uno de mis sentidos.
Susana Násera