Tú: escalofríos; tú, escalando mi espalda con tus dedos; tú,
trepando
los poros de mi ser…y los de mi piel también.
Tú:
accidente; tus manos tocando mis rodillas; tus labios,
chocando
con cada una de mis curvas. Tu lengua a oscuras en mi
cuerpo, sin
miedo a caer en mi ombligo, o a perderse en el fondo de
mi
corazón.
Tú: deshielo; tus dientes en mi cuello mordiéndome un
beso; tú,
haciendo tuyos mis pechos y mi pecho: agitando mi
respiración. Tu
aliento empañando cada kilómetro de mi cuerpo.
Te conoces a la
perfección mis atajos…pero siempre has sido de
elegir el camino más
largo; de hacerme esperar, de convulsionar
mi cuerpo besándome
desde el final hasta el principio de mis
piernas. En fin: tus dedos en mi
vagina haciéndome pensar que soy
la responsable del calentamiento
global.
Tú: fuego; nunca
pensé que un incendio en mi piel sería tan
húmedo…nunca pensé
que tendría tantas ganas de quemarme.
César Brandon