sábado, 18 de febrero de 2012

Tu voz dentro de mis palabras

Por qué no te desnudas las manos.
Por qué no me atraviesas con la boca.
Dentro de estas paredes el mundo se completa,
muerde a la tierra el mar y el viento
le estremece la espalda, el arco donde el sol
hunde sus manos. Saliva extensa, intensa,
sudor, noche y planeta. Por qué no me separas
los dedos con tu boca, las piernas con la llamarada
flexible y negra de tu cabellera.
Viájame por la sal, aprieta mis raíces.
No existiremos luego
y no existimos antes. Súbete en los colores
del día que va emergiendo. Abraza al bosque entero
y cúmplete en un vuelo desplegado. Combina el filo
entre la muelle densidad del agua.
Yedra tu corazón y que la vida estalle
y la respiración
sacuda su estructura y se desencadene.
Mira cómo me muevo entre tus brazos.
En tus manos desnudas, plenamente desnudas,
con la voz sin ropaje y el gemido
que tus labios retienen en mi boca.

Cierro mis ojos dentro de los tuyos.

Eduardo Casar