Cuando un hombre entra
en una mujer,
como el oleaje que muerde la orilla,
una y otra vez,
y la mujer abre
la boca de placer
y sus dientes brillan
como el alfabeto,
Logos
aparece ordeñando una estrella,
y el hombre
dentro de la mujer
hace
un nudo,
para que nunca más estén separados
y la mujer
sube a una
flor
y Logos aparece
y desata los ríos.
Este hombre,
esta
mujer
con su doble hambre,
han procurado penetrar
la cortina de
Dios,
lo cual brevemente
han logrado
aunque Dios
en su
perversidad
deshace el nudo.
Anne Sexton