Déjame
estoy lleno de ti,
no te perderé,
llevo conmigo
tu esperanza invicta
y los diluvios de tu claustro;
he visto
levantarse de tus pupilas
el sentimiento inaugural del
hombre,
pero todavía no tengo la sangre
y la tierra y la
palabra
no me pertenecen
Homero Aridjis