martes, 28 de febrero de 2012

Qué voy a hacer contigo, dime,
a dónde quieres que te deje,
si a donde quiera que voy
tú vas conmigo
y me recuerdas siempre
mi condición de hombre
atado al potro de la sangre
y al agridulce rastro del deseo…

Basta mirar
la suave curva del cielo
para sentirte entre mis manos.

Sólo tú sabes de cierto
que mucho más que el dolor,
el miedo o el amor
al conocimiento,
me movió la belleza
de un rostro
en su desigual perfección:
la proporción exacta
de un cuerpo real
equilibrado
a la sombra de unos ojos
y al borde de unos labios.

Tú lo sabes de cierto
y sin embargo callas…

Pero, mírate, pequeña,
y recuerda que en ti
todo lo grande duerme.

Alberto Blanco

domingo, 26 de febrero de 2012

APUNTES DESDE UN TREN IX

Un hombre es solo
pero puede tener un instrumento
para tocar si le place
y cantar lo que le antoje

Un hombre es solo
pero puede tener un buen amigo
y desde un alto sitio
ver un paisaje limpio

Un hombre es solo
pero puede tener una mujer
y acariciar su pelo
y amanecer desnudo junto a ella

Eduardo Langagne

viernes, 24 de febrero de 2012

La sonrisa de las piernas

Viniste sin preguntas, como quien camina
por la calle y no para a la entrada de la casa.
Me cortaste el pan en pedacitos, hiciste el nido
en la almohada donde mi sueño duerme
con historias que despliegas en la sabana.
Di color a los nombres con las letras devastadas,
Comí la fruta con tus dedos, apoyé
mi pulgar en tus yemas, entre los duendes
del claro que abriste para el día. Cantaste mi dolor
y de él hice la manta que nos cubre. Volví a ser
la sonrisa de las piernas, el soplo en la voz que llega
allí donde tú estés. Ahora que no hay cercanía
ni lejanía, ni nada que duela, que todo se toca
por dentro del devenir, dejo un nenúfar en la puerta
para aquel que llegue con el fardo de la noche. Y se hace luz
como los pétalos abiertos de tu nombre.


Rosa Alice Branco

miércoles, 22 de febrero de 2012

Jardín en llamas

Te amo porque tus labios
saben a claveles y magnolias,
tu espalda a frescas hojas,
tu pecho a trino de gorriones,
tus piernas a rojo sauce,
tu sexo a enjambre de abejas.

Porque tu cuerpo es fuego de artificios
que explota en horizonte nuevo,
se inundan mis entrañas de sonidos.
Los jugos de mi almendra
a incienso de violetas huelen.

En tus dedos, infinita noria soy.
Me acaricias con ternura de algodones,
colmas mi vientre con frutos esmeraldas.

Porque eres curva perfecta
que se amolda a mi cuerpo,
conviertes en jardín mi corazón en llamas.

sábado, 18 de febrero de 2012

Tu voz dentro de mis palabras

Por qué no te desnudas las manos.
Por qué no me atraviesas con la boca.
Dentro de estas paredes el mundo se completa,
muerde a la tierra el mar y el viento
le estremece la espalda, el arco donde el sol
hunde sus manos. Saliva extensa, intensa,
sudor, noche y planeta. Por qué no me separas
los dedos con tu boca, las piernas con la llamarada
flexible y negra de tu cabellera.
Viájame por la sal, aprieta mis raíces.
No existiremos luego
y no existimos antes. Súbete en los colores
del día que va emergiendo. Abraza al bosque entero
y cúmplete en un vuelo desplegado. Combina el filo
entre la muelle densidad del agua.
Yedra tu corazón y que la vida estalle
y la respiración
sacuda su estructura y se desencadene.
Mira cómo me muevo entre tus brazos.
En tus manos desnudas, plenamente desnudas,
con la voz sin ropaje y el gemido
que tus labios retienen en mi boca.

Cierro mis ojos dentro de los tuyos.

Eduardo Casar

jueves, 16 de febrero de 2012

No es el amor, lo sé, pero es de noche

No es el amor, lo sé, pero es de noche
y yo estoy sola, frente al mar que espera
con las uñas viscosas de sus algas
y el sello de la sal sobre sus piedras:
sin cesar, desde el agua y las espumas
mil ramajes de brazos me recuerdan
que aguardan todavía
tendiéndome su ausencia.
Las mismas olas que devoran barcos,
que van hundiendo mástiles y velas,
tiran siempre de mí
salvajemente
ceñidas, enroscadas, como cuerdas.

No es el amor, lo sé, pero qué importa:
tiene su mismo rostro hecho de niebla
y su temblor febril y su acechanza,
tiene sus manos blandas que se aferran
con dura precisión.
Tiene su misma insólita presencia
con el prestigio de un fulgor pasado
y la futura soledad que empieza.
Tiene sin duda del amor la insidia
y el desgajado abandonar reservas
hasta quedar desnudo
como un árbol reseco.
Tiene el rondar la sangre
como un fantasma hambriento
sobre la inaccesible piel del mundo,
lamiendo inútilmente su corteza,
desesperado, ávido,
con la exacta impaciencia
del querer, del después,
del otoño y la espera.
Y aquel recomenzar desde la bruma
que es su signo quizá.
Y su señal más cierta.

No sé cuándo ha llegado:
es como un viejo amigo que regresa
con el rostro cambiado por los viajes,
las fiebres, el alcohol, las peripecias.
Reconozco sus rasgos,
su voz que ha enronquecido, pero es ésta,
su antigua voz que dice otras palabras
semejantes a aquéllas.
No es el amor, lo sé, y sin embargo
es su paso otra vez, y las caricias
recobran los caminos sin urgencia.
No hay palabras, y puedo estar callada:
todo es tan simple así, tan sin sorpresa
y es tan fácil estar, tan necesario.
No es el amor, tal vez. ¿Y si lo fuera?

Julia Prilutzky


martes, 14 de febrero de 2012

LA CASA A SOLAS

Paso mis dedos
por los lugares donde se posó tu cuerpo
y vuelvo a tocarte,
levemente,
cuando recorro la casa a solas.
Desde las cosas inertes
regresas
y siento de nuevo tu calor,
un instante.

Andrés Florit

domingo, 12 de febrero de 2012

Tus manos

Primero voy a imaginar que tus manos son las mías.
Entonces me haré el amor como si fuese la última vez.
Y me tocaré como lo hacías al principio,
cómo si fuese un cristal, un fruto a punto de caer.
Me tocaré suave y profundo
Hasta llegar donde solo tú has llegado.
Hasta tocar lo que solo tú conoces.
Hasta encontrarlo.

Después tomaré del mismo néctar que tú.
Beberé de mis manos que son las tuyas.
Sí, son las tuyas.
Entonces beberé de tus manos
Todo aquello que solo tú sabes obtener de mí.

Paz Muñoz

viernes, 10 de febrero de 2012

Final de dia

Ara que només ets
un pètal dins de l'ambre del no-res,
ha d'haver-hi algun lloc on estar junts,
més junts que mai. Potser en aquest reeducte
dels poemes. Doncs, què són
si no poden salvar-te de l'oblit?
Per si t'acostes a llegir-los, deixo
de nit el llibre obert damunt la taula.

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Ahora que sólo eres
un pétalo en el ámbar de la nada,
debe existir un lugar en el que estar juntos,
más juntos que nunca. Tal vez en este reducto
de los poemas. Pues, ¿qué son
si no pueden salvarte del olvido?
Por si te acercas a leerlos, dejo
de noche el libro abierto sobre la mesa.

Joan Margait

miércoles, 8 de febrero de 2012

Sólo en sueños

Sólo en sueños,
sólo en el otro mundo del sueño te consigo,
a ciertas horas, cuando cierro puertas
detrás de mí.
¡Con qué desprecio he visto a los que sueñan,
y ahora estoy preso en su sortilegio,
atrapado en su red!
¡Con qué morboso deleite te introduzco
en la casa abandonada, y te amo mil veces
de la misma manera distinta!
Esos sitios que tú y yo conocemos
nos esperan todas las noches
como una vieja cama
y hay cosas en lo oscuro que nos sonríen.
Me gusta decirte lo de siempre
y mis manos adoran tu pelo
y te estrecho, poco a poco, hasta mi sangre.
Pequeña y dulce, te abrazas a mi abrazo,
y con mi mano en tu boca, te busco y te busco.
A veces lo recuerdo. A veces
sólo el cuerpo cansado me lo dice.
Al duro amanecer estás desvaneciéndote
y entre mis brazos sólo queda tu sombra.

Jaime Sabinés

lunes, 6 de febrero de 2012

Canción Lejana

Y yo también como la tarde
toda me tornaré dichosa
para quererte y esperarte.
Iluminada de tus ojos
vendrá la luna,
vendrá la luna por el aire.

Tú me querrás inmensamente.
Mi corazón será infinito
para la angustia de tu frente.
Yo te daré los sueños míos:
amor, dolor, sencillamente.
Después será la enamorada sonrisa,
el beso, la memoria llena de ti, maravillada.
Y el gozo azul de estar contigo
fuera del tiempo, sin palabras.
De golondrina en golondrina
nos llegará la primavera
de la mirada pensativa.
Y un mismo cauce de dulzura
tendrán las rosas y los días.
Yo te daré los sueños míos:
amor, dolor, sencillamente.

Meira Delmar

sábado, 4 de febrero de 2012

Reminiscencia

Un breve instante se cruzaron
tu mirada y la mía.

Y supe de repente
-no sé si tú también-
que en un tiempo
sin años ni relojes,
otro tiempo,
tus ojos y mis ojos
se habían encontrado,
y esto de ahora
no era más que un eco,
la ola que regresa,
atravesando mares,
hasta la antigua orilla.

Meira Delmar

jueves, 2 de febrero de 2012

Mar Con Rumor De Gaviotas

No sé si llego o si regreso.
No sé si me esperabas o si me buscabas.
No pregunto. Tampoco respondo.
Te traje a mi dimensión de arrecife y coral
porque tu barca atisbaba mi horizonte.
Navegaste con hábil precisión
entre mis acantilados
desafiando mis olas embravecidas
y el compás y la brújula
te fueron inútiles para conocer
el rumbo de mi viento.
¡Y desarmé tu sed de navegarme!
No debiste desafiar la calma de mi orilla.
Deshice los nudos de tus lazos
rompí tus velas y tus estandartes
¿y por fin? desarmado y vencido
te hice naufragar en mi caudal
de mar y profundidad.
Quedaste exánime boca abajo
tendido en la arena de mi playa.
¿Qué pregunta, qué orilla o qué coral
para desandar mi arena sobre tus huellas?
No sé si llego o si regreso
en el incesante vaiven de mis olas
No. No pregunto porque después de todo
tampoco hay respuestas.
Sólo sé que soy este mar con mi calma de eternidad
y mi rumor de gaviotas.
Sé que soy el mar con dimensiones inabarcables
aunque no haya más caracolas en mis playas
porque lejos se ha ido el amanecer de los recuerdos
y aunque no sepa si llego o si regreso.

Mayamérica Cortez