miércoles, 30 de octubre de 2013

Mientras tú duermes


Envejecía el mundo sin que yo la advirtiera
todas las calles eran la misma calle
mil veces recorrida hacia ningún lugar,
todos los libros hablaban de lo mismo
y en la obscena pantalla del insomnio
memoria y deseo fornicaban sin ganas,
un solo día gris era mi vida,
un eterno domingo sin nadie,
amarillentas páginas de una vacua novela
con un final previsto que no será feliz.

Todo en el mundo era viejo y cansado
llegaste tú, cuando el azar te puso,
pedir permiso, a caminar conmigo.
¿Por cuánto tiempo? Un día, un mes, un año,
una eternidad o un relámpago. El plazo sería breve
aunque infinito fuera.

Después de andar, reír, beber en compañía,
esta noche de agosto duermes a mi lado
mientras yo sueño sin poder dormir.
Hay envidia en mis ojos, no deseo
(o más envidia que deseo). Quede
el jardín negligente de tus labios
para quien tema menos el peso de la dicha.
No es tu joven sexo lo que quiero.
Sólo quiero, por un instante solo,
mirar la noche con tus ojos niños.
El mundo vuelve a estar recién creado
si me dejas mirarlo con tus ojos.

JOSÉ LUIS GARCÍA MARTÍN